Hoy quiero presentarles uno de mis sitios favoritos en esta enorme ciudad (Ciudad de México) y espero que al final del texto te den ganas de ir a visitarlo. Este lugar es el Cárcamo de Dolores, un pequeño museo localizado en la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec, cuya única exposición es el mural: El agua, origen de la vida.
El Cárcamo de Dolores fue construido en 1951 por el arquitecto Ricardo Rivas para conmemorar la finalización de los trabajos del Sistema Lerma, que tenían como finalidad llevar agua potable a la Ciudad de México, proyecto liderado por el ingeniero Eduardo Molina Arévalo. Al entrar en este recinto te sorprenderán dos cosas: primero, escucharás una singular melodía que evoca el flujo del agua y que proviene de la Cámara Lambdoma, creada por el artista Ariel Guzik en 2010. Este aparato se compone por un órgano conectado a una prehistórica computadora, la cual convierte señales obtenidas de diversos sensores colocados afuera del recinto en una melodía original e irrepetible pues las señales nunca serán completamente iguales.
La segunda cosa impresionante del museo, y mi favorita también, es el mural El agua, origen de la vida. Esta obra fue pintada por el muralista mexicano Diego Rivera en 1951 y originalmente fue diseñada para ser un mural semi acuático, es decir, parte del mismo estaba sumergido en agua.
Para la creación del mural, Diego Rivera eligió usar como material una emulsión de poliestireno BKS-92, una pintura que fue sometida a diversas pruebas de laboratorio para garantizar su resistencia al agua. Sin embargo, el mural se deterioró y en 1992 tuvo que ser suspendido el paso del agua a través de la cámara donde se localizaba la pintura. Pero gracias a los trabajos de restauración y a los bocetos del proyecto realizados por Diego Rivera, el mural pudo ser rescatado y en el año 2002 fue reabierto al público.
Lo interesante de este mural es que expone los conocimientos sobre el origen de la vida que se tenían en el momento de su creación y la importancia del agua en ese proceso. Allí se encuentra representada la teoría de Alexander Oparin sobre el origen de la vida en la Tierra a partir de la reacción de las moléculas inorgánicas agua, metano, hidrógeno y amoniaco, en presencia de descargas eléctricas provenientes de la atmósfera primitiva del planeta, para producir las primeras moléculas orgánicas. Dichas moléculas orgánicas son los aminoácidos que formaron el “caldo primitivo” que daría origen a los primeros seres vivos. Cabe mencionar, que a la teoría del “caldo primitivo”, planteada por Alexander Oparin, en Rusia en 1924, y propuesta casi simultáneamente por J. B. S. Haldane en 1929, en Estados Unidos, se le han hecho más aportaciones. Entre éstas, se encuentra el experimento de Miller-Urey en 1953, que dio soporte a los principios de la teoría; adicionalmente se han propuesto cambios en la composición de los gases de la atmósfera primitiva, tal es la presencia de dióxido de carbono.
Regresando al mural, en el centro de la base se encuentra la representación del “caldo de cultivo”, en donde la evolución de las especies tiene un sentido desde el centro hacia el exterior, pasando por trilobites y plantas como Cooksonia. Mientras que en los muros laterales del mural, Rivera pintó formas de vida más complejas, como vertebrados y anfibios, destacando la aparición de Homo sapiens.
Por último, Diego Rivera expone el trabajo realizado por ingenieros y obreros para traer el agua hasta la ciudad en donde será aprovechada. De esta forma, les agradece su trabajo y pinta a los ingenieros líderes del proyecto Sistema Lerma. Como puedes ver, este mural nos presenta la teoría del origen de la vida y la importancia del agua desde ese momento hasta la actualidad. No es solo una pintura más.
Una última cosa que forma parte de la experiencia de conocer el Cárcamo de Dolores es la fuente de Tláloc, situada afuera del museo. En ella figura Tláloc, dios mexica de la lluvia, y diseñada por Diego Rivera con el objetivo de ser vista desde el cielo por los aviones que, en aquel momento, volaban más bajo. Pero también la puedes apreciar desde el foro al aire libre (con forma de pirámide) que se encuentra enfrente del edificio.
Esta fuente ilustra la importancia del agua en la agricultura y la cosmovisión del pueblo mexica, mismo que se estableció en el Valle de México cuando éste aún era un lago.
El Cárcamo de Dolores es un lugar especial porque en él se unen la ciencia, el arte, arquitectura, ingeniería, historia y la naturaleza. Si estás de paseo por la Ciudad de México, no pierdas la oportunidad de descubrir este hermoso lugar.
¿Quieres saber más?
Cárcamo de Dolores, fusión de arte y urbanismo
Mural de Diego Rivera: El agua, origen de la vida
González Reinoso, A. E. (2016), “La región hidropolitana de la Ciudad de México: Conflicto gubernamental y social por los trasvases Lerma y Cutzamala”, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, México, pp. 1-420.
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