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Rápido, piensa en criaturas y monstruos que hayas visto en una película. ¿Qué te vino a la mente? ¿Monstruos gigantes como Godzilla y King Kong? ¿Los dinosaurios de Jurassic Park? ¿Los dragones de Game of Thrones? ¿A lo mejor algún alien de Star Wars, como Yoda o Chewbacca? O quizás pensaste en algún animal de alguna otra película, o incluso de un videojuego. A lo mejor este animal parece una criatura que encontrarías viva hoy y no un monstruo o extraterrestre pensante.

Este tipo de criaturas, como las que verías en las películas de Avatar o en el fondo de algún planeta de Star Wars, son cuidadosamente diseñadas por un equipo de expertos. Aunque criaturas ficticias las hay de todos los tipos, la gran mayoría requieren de un entendimiento de la biología para funcionar y dejar una marca sobre el público. Esto es especialmente cierto cuando se trata de seres creados para cumplir con un papel en su ecosistema ficticio equivalente a los animales y otros seres vivos que vemos a diario en nuestro propio planeta. ¿Cómo funciona entonces su proceso de diseño?

En la Tierra todas las especies se encuentran en un constante proceso de cambio denominado evolución. La principal fuerza detrás de ésta, la selección natural, “obliga” en cierta forma a los organismos a adaptarse a su entorno. Cuando organismos distintos se encuentran expuestos a condiciones similares, aunque vivan en lugares muy distantes y no estén emparentados, van a desarrollar características semejantes. Como ejemplo, piensa en un tiburón, una ballena y un pingüino. Los tres son animales muy diferentes, pero tienen formas, extremidades y coloración parecidas, pues los tres habitan en el mismo tipo de ambiente, y evolucionaron para sobrevivir ahí. Es como si la selección natural fuera un diseñador de criaturas para nuestro planeta.

Si tú fueras un diseñador de criaturas, y tuvieras la tarea de idear un organismo que habita en un ecosistema dentro de su propio mundo ficticio, necesitarías inspirarte en lo que ya conoces. Ponte a pensar en dónde vive dicha criatura, y qué rol tiene dentro de su ecosistema. A lo mejor es un ecosistema ajeno a los que tenemos en nuestro planeta, pero igual puedes equiparar a alguno que conozcas. Habiendo identificado en qué tipo de organismo estás pensando, podrías pasar a la siguiente etapa: crear su anatomía.

Sabiendo en dónde vive tu criatura, puedes imaginar que tendrá adaptaciones similares a sus equivalentes terrícolas. Después de todo, es probable que la selección natural actúe en otros mundos también. Tu siguiente objetivo es que uno pueda ver claramente cómo fue que dicho ser desarrolló estas adaptaciones. No podría, por ejemplo, evolucionar extremidades si no tiene un esqueleto y musculatura que las soporte (piensa en cómo la pelvis conecta nuestras piernas con el resto de nuestro cuerpo). Asimismo, debería parecerse a otros organismos que habiten en su ecosistema ficticio. No solo por las adaptaciones que desarrollaron, sino porque probablemente estén emparentados. En un bosque puedes encontrar búhos, perdices y gorriones; aunque tengan distintos estilos de vida, están emparentados y su anatomía es similar. Claro que también puedes verte un poco experimental y utilizar características de organismos más diferentes para que realmente parezca algo de otro mundo. Recuerda, tú eres el que conoce su ecología, y por lo tanto sabes en qué inspirarte. Al terminar esta etapa (sin duda la más difícil, pues se requiere mucha comparación con otros organismos), tu criatura estará casi lista.

¿Qué falta entonces? Insértala en su mundo. ¿Qué hace? ¿Cómo se comporta? ¿Cómo se desarrolla? ¿Con qué otros organismos interactúa? Estudia cómo funcionan los ecosistemas en la Tierra para darte una idea y quién sabe, podrías acabar diseñando todo un mundo.

Vamos a ver algunos resultados de este proceso. 

En la Figura 1 observamos al Titanoterio cabeza de martillo, un habitante del planeta Pandora en Avatar (2009). Solo con verlo puedes imaginarte qué tipo de animal es: algo similar a un rinoceronte o búfalo en nuestro planeta. Es grande, tiene una estructura en la cabeza que probablemente le sirve como defensa o para conseguir comida, y patas anchas para soportar su peso. Tiene, además, seis patas y cuatro ojos, características comunes en la fauna de su planeta y que son evidencia de su trayectoria evolutiva.

Figura 1. Un Titanoterio cabeza de martillo, como aparece en la película Avatar (2009), dirigida por James Cameron (20th Century Fox).

En la Figura 2 puedes ver a Foetodon. Este reptil aparece brevemente en King Kong (2005). Aunque solo aparece durante unos segundos, el equipo detrás de la película creó toda una ecología para este monstruo. Está emparentado con cocodrilos (lo puedes ver en los osteodermos que lleva en la espalda) y su reproducción y hábitos de caza son similares. Incluso las llagas que tiene en el hocico tienen una explicación que está relacionada con su desarrollo y el ambiente en el que vive.

Figura 2. Ilustración de Foetodon, por Stephen Crowe, para el libro The World of Kong: A Natural History of Skull Island, Pocket Books, 2005.

Finalmente, en la Figura 3 tenemos a los Birrin, una especie extraterrestre diseñada por Alex Ries. Aunque a simple vista dan la impresión de ser criaturas salvajes, inspiradas por diversos animales en nuestro mundo, en realidad los Birrin viven en una sociedad compleja como nosotros en la Tierra. Alex Ries se ha encargado de no solo diseñar a estos animales, sino también al planeta en el que habitan, e incluso el desarrollo de su civilización. Aunque su anatomía es muy diferente a la de los animales que estamos acostumbrados a ver, si observas otros animales de su planeta nativo (Chriirah), inmediatamente encontrarás similitudes en la cabeza y extremidades, que delatan sus orígenes similares.

Figura 3. Un Birrin macho realizando un despliegue para llamar la atención de una hembra. Alex Ries, 2019, The Birrin Project.

Espero que este artículo haya ampliado tu perspectiva respecto a los seres extraños que ves en películas o videojuegos, y todo el trabajo que involucra diseñarlos. Trata de pensar en qué tipo de vida llevan estos “animales”, úsalos como inspiración, y podrías ser el siguiente en ver tus creaciones aparecer en tus historias favoritas. Por lo pronto, si quieres averiguar más sobre la biología del planeta Pandora, la ecología de la Isla Calavera, donde habita King Kong, o la historia de los Birrin, te dejo algunos enlaces abajo. 

¿Quieres saber más?

Alex Ries en ArtStation

Baker, A., et al. (2020), “Fundamentals of Creature Design“, 3Dtotal Publishing.

The World of Kong: A Natural History of Skull Island

TREY the Explainer (2019), “The Biology of James Cameron’s Avatar“.

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