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¿De dónde surgen las esponjas? ¿Qué relación tienen con los animales? ¿Las esponjas son animales?

Respira profundo. En esa bocanada de aire hay 78% de nitrógeno, 21% de oxígeno y un 1% de argón. Esta composición de gases, que nos resulta tan familiar y de la cual dependemos, no ha sido la misma durante toda la historia de la Tierra. Mucho se habla sobre quiénes son los verdaderos proveedores de oxígeno en el planeta: los árboles de los grandes bosques, o las algas y cianobacterias que cubren una mayor área. Pero…  ¿y si te dijera que fue un grupo animal quien tuvo mucho que ver en que ahora podamos respirar oxígeno? Pero antes de contarte cómo pasó esto, necesitamos contexto sobre la biología de este grupo: las esponjas.

El phylum Porifera, de los vocablos latinos porus= poro, y ferus, fere= portador/portar es el grupo que incluye a todas las esponjas vivientes y extintas. A pesar de su apariencia similar a rocas o plantas, las esponjas son animales, ya que sus proteínas estructurales (por ejemplo, colágeno) son exclusivas del reino Animalia; por lo tanto y aunque no parezca, somos parientes de Bob Esponja. 

Las esponjas son acuáticas, multicelulares, carentes de tejidos auténticos. Son sésiles, esto es, viven en los fondos marinos o sustratos acuáticos, y se alimentan principalmente por filtración de partículas suspendidas en la columna de agua. Y aunque no parezca, algunas especies son carnívoras, pero no es que persigan peces o atrapen animales rápidos (exceptuando las Cladorhizidae), más bien optan por alimentarse de otros organismos sésiles como corales, moluscos, entre otros, creciendo sobre éstos, perforando sus cuerpos y disolviendo sus cuerpos con las enzimas que suelen secretar (Para más información revisar el artículo de Thomassen-Hestetun y colaboradores). 

Se conocen alrededor de 5000 y 15000 especies vivientes de esponjas, la gran mayoría marinas, aunque existen esponjas dulceacuícolas. La diversidad es mayor si tomamos en cuenta el registro fósil, ya que hay grupos que fueron más abundantes que hoy en día, y otros que existieron sólo en determinados momentos de la historia terrestre. Habitan en todos los continentes incluidos los polos, y son de los animales más antiguos del planeta, cuyo origen posiblemente se remonta al final del Eón Proterozoico, mucho antes de la aparición de las plantas terrestres o el oxígeno atmosférico.

Su diseño corporal es realmente “simple”. Cuentan con un sistema de canales al interior de sus cuerpos que les permite filtrar el agua ya sea para alimentarse o para respirar, incluso se sabe que algunas especies logran sobrevivir a niveles realmente bajos de oxígeno en los fondos oceánicos. Dichos canales cuentan con aberturas, llamadas poros, que fungen como entradas del agua. Para lograrlo, se ayudan de células conocidas como coanocitos, con un flagelo que genera corrientes hacia el interior de las esponjas. Una vez realizado el intercambio gaseoso y de nutrientes, el agua procesada es enviada de vuelta al exterior a través del espongiocele, cámara central en el cuerpo del invertebrado, y de ahí al ósculo que es como se llama su abertura. 

Son animales que se alimentan de lo que hay en el agua, en la gran mayoría de casos emplean algunos elementos disueltos en el agua para construirse “esqueletos”. Tales elementos son el sílice y el calcio (aunque no exclusivamente) y con ellos construyen estructuras llamadas espículas. Las hay de diferentes formas y tamaños, y le brindan rigidez a la ya de por sí frágil esponja. Y de hecho es esta composición química la que determina los principales grupos taxonómicos en los que se suelen agrupar: Calcárea para esponjas con esqueleto principalmente de calcio, Hexactinellida para aquellas compuestas por sílice, y las que prefieren usar esqueleto de espongina (proteína que les da su esponjosidad) se les agrupa en Demospongiae. Las primeras suelen vivir en ambientes someros, ya que a grandes profundidades el calcio se disuelve rápidamente, por lo que se les asocia con lugares bien iluminados y de aguas tranquilas y poco profundas, como en arrecifes. Mientras que el sílice al ser un elemento resistente permite a algunas sobrevivir a las grandes, frías y oscuras profundidades como las esponjas cesta de venus Euplectella aspergillum.

Detalle de una esponja Canasta de venus (Euplectella aspergillum). Imagen de la NOAA

Hay muchos otros grupos, tales como los esfinctozoos, inozoos, arqueociátidos, quetétidos, y estromatoporoideos, y aunque no son mencionados aquí (quizás en un futuro cercano), vale la pena decir que cuentan con algunas características de esponjas, pero con diferencias lo suficientemente grandes para agrupar a estos organismos en el “cesto de basura” taxonómico de Espongiomorfa (parecen esponjas, pero sus relaciones filogenéticas no están resueltas). 

Y aprovechando que mencioné el pasado, hay una historia curiosa al respecto de las esponjas, y es sobre como las esponjas ayudaron a crear el oxígeno que respiramos hoy en día. Las primeras esponjas se alimentaban de las Cianobacterias, los principales productores de oxígeno de la tierra primitiva. En un momento la diversidad de esponjas comenzó a aumentar debido a que depredaban directamente a tales bacterias, y al no tener competencia, los poríferos lograron mermar las poblaciones microbianas. Aprovechando el bug, otros fotosintetizadores lograron hacerse espacio en las redes tróficas Proterozoicas, surgiendo así las primeras algas. A diferencia de las cianobacterias que al morir eran consumidas por bacterias descomponedoras, el gran tamaño de las algas permite que una parte de oxígeno alcanzara los fondos oceánicos, oxigenándolos y al mismo tiempo mermando la diversidad de bacterias descomponedoras. De esta forma, las esponjas jugaron un papel clave en los procesos iniciales que dieron origen a nuestro mundo como lo conocemos, aunque probablemente ellas estén felices por ahí, filtrando agua. 

¿Quieres saber más?

Hestetun, J. T., et al. (2019), “Deep-Sea Carnivorous Sponges From the Mariana Islands“, Front. Mar. Sci., 6: 371.

Borchiellini, C., et al. (2001), “Sponge paraphyly and the origin of Metazoa“, Journal of Evolutionary Biology, 14: 171-179.

Mullard, A. (2009), “Humans and sponges may share a slimy ancestor“, Nature, 7, e1000020.

PBS Eons (2019), “How Earth’s First, Unkillable Animals Saved the World

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