El color rojo es uno de los primeros que aprendemos a identificar en nuestra infancia y, además, es parte de los colores de la bandera de México. Ya que estamos próximos a celebrar la independencia mexicana, me gustaría platicarles de una forma muy peculiar de obtener tintes de este color en mi país, a partir de la grana cochinilla.
La grana cochinilla (Dactylopius coccus) es un insecto pequeño, redondo y oscuro, similar a las cochinillas de tierra. Históricamente, la grana cochinilla ha sido utilizada por su capacidad para producir un tinte rojo intenso conocido como carmín, además de otras tonalidades de rojo al combinarlo con minerales y otros químicos. Este tinte se empleaba desde tiempos prehispánicos en Mesoamérica, Centroamérica y la zona Andina para teñir fibras, telas, atuendos ceremoniales y para producir la pintura que se utilizaba en murales, cerámica, esculturas y códices. Incluso, los mexicas empleaban la grana cochinilla como moneda de cambio o era parte del tributo que otros pueblos bajo su dominio debían otorgarles. Precisamente en la zona de Oaxaca, los pueblos locales desarrollaron un método de crianza del insecto para obtener más fácilmente el tinte que debían entregar.
Domesticación de la grana cochinilla
La grana cochinilla es un insecto domesticado en Mesoamérica. Pero la domesticación de insectos es poco común y solo se ha registrado en dos casos más: el gusano de la seda (Bombyx mori) y las abejas mieleras (Apis spp.). Recientemente existió la controversia sobre el sitio donde inició la de la grana cochinilla y por mucho tiempo se consideró que esta ocurrió en la zona Andina. Sin embargo, un estudio reciente con ADN mitocondrial de Perú, Oaxaca y otras zonas de interés encontró que las variedades de Oaxaca son más diversas y antiguas. Este descubrimiento plantea la cuestión sobre las rutas comerciales prehispánicas y cómo el cultivo de este producto pudo llegar de México a los Andes.
La grana cochinilla fue domesticada hace siglos en Mesoamérica a partir de una especie silvestre que es plaga del nopal (Opuntia sp.), éstas se instalan en la penca y se alimentan de ella. Sin embargo, solo las hembras sirven para obtener el tinte debido a que ellas almacenan el ácido carmínico, que es la molécula responsable del color rojo de estos insectos. El ácido carmínico representa aproximadamente el 20% del peso de la hembra y se almacena como sistema de defensa. A diferencia de los machos que son pequeños, móviles y de vida corta, las hembras son más grandes, permanecen sin moverse y son las encargadas de poner los huevos, por lo que necesitan protegerse de los depredadores.
La domesticación de la grana cochinilla se realizó de manera conjunta con su planta hospedera (Opuntia sp.), eligiendo insectos más grandes y que se adhieren separadamente en la penca del nopal. De forma simultánea, se seleccionaron nopales con menos espinas. Estas características que evolucionaron conjuntamente facilitaron la recolección de la grana cochinilla. Así, en el nopal, las cochinillas se dejan crecer y una vez listas se retiran, se secan y se trituran para obtener el polvo del que se extrae el ácido carmínico.
Más adelante, la llegada de los españoles propició un intercambio comercial y cultural que enriqueció a ambas culturas. Entre los productos intercambiados, estaba la grana cochinilla. Debido a su alto valor, se fomentaba que era un producto botánico o mineral, y el tinte se transportaba como polvo para ocultar su procedencia. Era el producto más exportado después del oro y la plata, por lo que varias comunidades en México y la zona Andina se desarrollaron económicamente gracias a su producción. Con el tiempo, la grana se convirtió en un producto internacional que llegó a Europa, China, Rusia, Persia e incluso Filipinas. Además, varios pintores como Rembrandt, Tiziano, Velázquez y van Gogh utilizaron este tinte como parte de sus pinturas.
La aparición de los tintes artificiales obtenidos a partir de compuestos de tipo anilina desplazó la producción de la grana cochinilla y casi la llevan a su desaparición. Estos tintes artificiales son más rápidos de producir, más baratos y se obtienen en mayores cantidades. Mientras que se estima que después de tres meses de cultivo, más el tiempo de proceso del producto, apenas otorga un rendimiento de aproximadamente de 5 litros de tinte por cada kilogramo del insecto; por otra parte, los tintes artificiales se pueden obtener en cantidades industriales en unos cuantos días.
Actualmente, la grana cochinilla se utiliza como colorante natural artesanal. También se emplea en cosméticos y alimentos porque se le considera más seguro que las anilinas. En los alimentos puede encontrarse con el nombre de E 120, carmín o rojo natural, como en el yogurt de fresa o cereales.
Este tinte rojo forma parte de la cultura de varios pueblos americanos y su proceso de producción artesanal aún se realiza en algunas partes de Perú y México. Debido a ello, la grana cochinilla sigue siendo un insecto muy apreciado por la tradición que la rodea, las características químicas del tinte obtenido, su tonalidad viva y llamativa.
Agradecimientos
Agradecimientos a Pteryx, El Paleomike y a Sfiore por su tiempo dedicado a revisar y comentar esta entrada, a fin de que sea más amena e interesante al lector.
¿Quieres saber más?
Pérez Sandi, M. & Becerra, R. (2001), "Nocheztli: El insecto del rojo carmín", BioDiversitas, 6 (36): 1-8.
Sánchez Silva, C., & Suárez Bosa, M. (2006), "Evolución de la producción y el comercio mundial de la grana cochinilla, siglos XVI-XIX", Revista De Indias, 66 (237): 473–490.
Sangre de nopal. El rojo mexicano de la grana cochinilla
Rojo mexicano. La grana cochinilla en el arte
Nopales, biodiversidad mexicana
Museo del Palacio de Bellas Artes (2017), "La cochinilla casera".
El País (2023), "La lucha por preservar el colorante ancestral, la 'grana cochinilla'".
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