4.5
(6)

Como hemos hablado antes, los hongos ayudan en el ecosistema, principalmente en las interacciones simbióticas o bien degradando la materia orgánica. En otras situaciones los utilizamos para alimentarnos, pero ¿qué pasa con aquellos que no podemos comer? Pues bien, a algunos de estos hongos les llamamos venenosos o tóxicos, pero te preguntarás ¿por qué solamente algunos? 

No todas las especies no-comestibles presentan toxinas que puedan dañarnos, existen hongos que simplemente por su sabor o falta de “carne” no se recomiendan comer. Pero hablemos de las especies tóxicas. Cuando llegamos a consumir un hongo de este tipo, a la intoxicación provocada por la ingesta se le conoce como micetismo. Ahora bien, no todas las especies presentan las mismas toxinas y no todos los tipos de micetismos son iguales; por lo cual, hablaremos un poco en esto y de algunas de las especies que es mejor solamente observarlas en el bosque. 

Amanita phalloides.

La clasificación de los micetismos se puede realizar de diversas formas, aunque principalmente se toma como base el tipo de compuesto tóxico que poseen los cuerpos fructíferos. Sabiendo esto, debemos aclarar que la intoxicación solamente sucede por ingesta del ejemplar, pues hasta la fecha no existen registros de hongos tóxicos al tacto. El conjunto de síntomas que puede llegar a presentarse es provocado por uno o varios compuestos tóxicos, los cuales tienen un proceso de latencia distinto. Aunado a esto, el periodo de incubación puede variar. 

Beatriz-Pomillo et al. (2018) nos presentan tres grupos de acuerdo con su toxicología: en el grupo uno se refiere a un síndrome con un periodo de latencia entre las 6 y 24 horas después de la ingesta; el segundo grupo se clasifica en un periodo de latencia superior o igual a un día después de la ingestión; mientras que en el tercer grupo encontramos un periodo de latencia inferior a las 6 horas tras la ingesta. 

Periodo de latencia Tipo de micetismo SintomatologíaToxinasEspecies
8 a 14 horasNefrotóxico por Amanitas nefrotóxicasTrastornos digestivos Gastroenteritis severa
Pérdida de líquidos
Insuficiencia renal aguda 
Norleucina
Alénica
Propargilglicina
Amanitas sección Roanokenses
A. proxima 
A. smithiana
A. manguiniana
8 a 24 horas HepatotóxicoMalestar estomacal
Diarrea gastroenteritis
Vómitos severos
Deshidratación severa
Insuficiencia hepática
Amatoxinas
Falolisina
Falotoxinas
Virotoxinas
Galerina marginata
Conocybe filaris
Lepiota cristata
1 a 3 díasRabdomiólisis por Tricholoma equestreComplicaciones cardiovasculares y respiratorias rabdomiólisis (destrucción y necrosis de músculos)
Insuficiencia renal Miocarditis agudas Producción de orina oscura
Muerte en algunos casos
Triterpenoides, esteroles, indoles y compuestos acetilénicosTricholoma equestre 
T. terreum
Russula subnigricans
20 minutos a 4 horasGastrointestinalesTrastornos leves (vómito, diarrea, dolor abdominal) 
En casos graves (hemólisis y sangrados)
Bolesatina
Bolevenina
Lanostanos tóxicos
Illudinas
Chlorophyllum molybdites
Leucocoprinus birnbaumii
Agaricus xanthodermus
Estructuras químicas: giromitrina, coprina, falotoxinas, virotoxinas, faloidina y amatoxinas

Otro aspecto que debemos tomar en cuenta es el síndrome coprínico provocado por la toxina coprina, éste se manifiesta particularmente al consumir bebidas alcohólicas junto con determinadas especies dentro del género Coprinellus, se ha reportado en especies como C. atramentarius y C. micaceus. Los síntomas suelen ocurrir entre los 15 o 30 minutos tras la ingesta, provocando náuseas, vómitos, sudoración, sabor metálico, taquicardia y vasodilatación. Este tipo de síndrome no se clasifica como grave, sin embargo, puede provocar efectos adversos en personas con problemas cardíacos.

En otros casos se puede presentar un micetismo hemolítico por Pleurotus ostreatus. Su consumo en crudo produce daños en el corazón, pulmones y hemorragias del miocardio, hemorragias en intestino y otros tejidos. Puede presentar cambios hepáticos patológicos, por lo cual se recomienda consumir estos hongos siempre cocidos. 

P. ostreatus.

Aunque no todas las especies sean mortalmente tóxicas debemos considerar la siguiente pregunta: ¿Qué debo hacer si accidentalmente comí una especie venenosa o tóxica? 

Ante la sospecha de haber consumido un hongo tóxico, hay que acudir inmediatamente a urgencias. Otros factores que ayudarán a un tratamiento adecuado serían recordar o llevar un registro de la especie que se consumió (color, tamaño, forma, si presenta ornamentaciones, lugar donde se recolectó, día en que se consumió y su preparación), estos aspectos podrán ayudar en una correcta identificación de la especie. 

Los tratamientos por intoxicación de hongos pueden variar dependiendo del tipo de micetismo y/o especie que se consumió. Entre los tratamientos que se realizan se encuentra la hemodiálisis, toma de analgésicos o incluso morfina si los dolores llegan a ser demasiado intensos; diagnósticos mediante detección de anemia, en donde se recomienda un cambio de plasma, el diagnóstico por N-ureico aumentado indica daño renal, insuficiencia renal, rehidratación y depuración extrarrenal de sangre, lavado de estómago, carbón activado, diálisis o hemodiálisis, tratamiento con antioxidantes corticosteroides. En el caso de intoxicaciones gastrointestinales, se recomienda tratamiento de soporte con reposición de líquidos y electrolitos, antiespasmódicos; en casos graves, suero fisiológico, sobre todo con menores de edad y personas de edad avanzada.

A pesar de que las intoxicaciones pueden llevar un tratamiento adecuado, los índices de mortalidad siguen siendo bastantes altos debido a las negligencias que se pueden cometer al consumir hongos silvestres, y a los daños colaterales en distintos órganos. 

Para evitar un mal rato en el baño o bien, terminar en la cama de algún hospital o peor, hay que recordar que el consumo de hongos silvestres debe ser una actividad completamente responsable, siempre acompañado de algún micólogo experto u hongueros de la localidad. Aunque todas las especies de hongos son comestibles, algunas solamente se pueden consumir una vez en la vida. 

¿Quieres saber más? 

Pomilio, A. B., et al. (2018), “Micetismos: Parte 1: Síndromes con período de latencia tardía“, Acta bioquímica clínica latinoamericana, 52 (4): 459-487.

Pomilio, A. B., et al. (2019), “Micetismos: Parte 2: Síndromes con sintomatología demorada y latencia muy larga“, Acta bioquímica clínica latinoamericana, 53 (1): 79-107.

Pomilio, A. B., et al. (2019), “Micetismos: Parte 3: Síndromes tempranos gastrointestinales“, Acta bioquímica clínica latinoamericana, 53 (2): 217-244.

Pomilio, A. B., et al. (2019), “Micetismos: Parte 4: Síndromes tempranos con síntomas complejos“, Acta bioquímica clínica latinoamericana, 53 (3): 361-396.

Síndrome coprínico

Micetismos, usos, y clasificación

¿Te ha gustado este artículo?

¡Haz clic en una estrella para puntuar!

Promedio de puntuación 4.5 / 5. Recuento de votos: 6

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este artículo.

Ya que has encontrado útil este artículo...

¡Compártelo con tus amigues!

Siento que este artículo no te haya gustado...

¡Déjame mejorar este artículo!

Dime, ¿Cómo puedo mejorar este artículo?

Autor

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio
Ir al contenido