La historia del internet se remonta a la creación de redes de comunicación por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos durante la Guerra Fría, pero los seres humanos no somos la única especie que se comunica de esta manera. Curiosamente en los bosques también existen redes de comunicación; la más conocida es la estrecha relación planta-hongo (conocida científicamente como micorriza), en donde una especie de hongo comparte información de manera íntima con las raíces de algunas plantas.
Alrededor del 90 % de especies vegetales forman esta asociación que va más allá de un simple intercambio de nutrientes. Los hongos y las plantas han establecido una interconexión durante millones de años, se menciona que los hongos ayudaron a las especies vegetales a establecerse en el mundo terrestre.
Esto ha sido posible debido a las redes de comunicación entre raíz y micelio que encontramos escondidas debajo de nuestros pies. Mediante impulsos bioquímicos el micelio y la raíz intercambian un lenguaje único. Los hongos alertan a la planta de posibles amenazas; por ejemplo, si las condiciones climáticas son desfavorables se envían señales químicas donde alertan a las plantas, con la finalidad de que éstas se preparen mecanismos de defensa; sin embargo, es un punto muy curioso, ya que esto no se queda en la interacción planta-hongo, sino que las mismas plantas alertan a otras plantas. Otro ejemplo es el envío de señales en factores biológicos, en donde el hongo detecta una posible amenaza por algún tipo de insecto, teniendo por consecuencia que la planta aumentará sus defensas para eliminar dicha plaga. La simbiosis entre la planta y el hongo requiere de un reconocimiento y una armonización de procesos en el espacio y en el tiempo que son complejos, los cuales conducen al establecimiento de esta relación simbiótica.
Esta relación resulta en un beneficio mutuo, que converge dentro de toda la comunidad ecosistémica, se sabe que esta comunicación existe desde hace millones de años (diversas hipótesis argumentan que esta interacción se formó con las primeras plantas terrestres), pero en estudios recientes se ha demostrado que las advertencias enviadas entre hongo y planta llegan a ser más precisas cuando se envían por medio de las hifas (mico red).
¿Cómo funciona esta relación?
Las plantas aún no micorrizadas envían señales al hongo, que se encuentra creciendo en el suelo, muchas veces este suelo es especialmente deficiente en fósforo. Esta fase se conoce como pre-simbiótica o asimbiótica, en donde se presentan señales bioquímicas que forman parte de los exudados dentro de las raíces. La espora del hongo almacena fuentes de carbonos necesarios para el crecimiento de la hifa; mientras que las raíces liberan metabolitos los cuales anuncian la presencia de los hongos, facilitando su contacto físico para la “infección en las raíces de la planta”.
Otro punto a tomar en cuenta es que las hifas no solamente penetran las raíces de especies vegetales, sino que también se penetran entre sí, permitiendo un intercambio de material genético, similar a los cables de red de las ciudades. Además, se ha observado que las especies fúngicas no solamente alcanzan los nutrientes fuera del alcance de las raíces, sino que también son capaces de proveer nutrientes difíciles para el árbol. Ocasionalmente pueden llegar a “digerir” cualquier desecho orgánico para que las plantas tengan un acceso a nutrientes menos complejos, es decir, con una masa molecular pequeña, lo cual facilitará la fotosíntesis para crear su propio alimento.
Pero no todo llega a ser beneficioso al igual que el internet, el bosque puede llegar a ser “hackeado” por otros microorganismos que se aprovechan para robar los nutrientes a los árboles cercanos. Un ejemplo claro es el nogal negro (Juglans nigra) que llega a sabotear a los árboles cercanos disminuyendo los nutrientes disponibles.
¿Qué otros beneficios se obtienen de las micorrizas?
Esta relación no solamente tiene un beneficio en los bosques, muchas especies que forman esta asociación tienen un aprovechamiento antropológico, ya que mayormente estas especies tienen un gran valor gastronómico . Por ejemplo, las trufas son especies que se encuentran dentro del género Tuber, estos hongos llegan a costar miles de dólares por unos cuantos kilos; algunas especies de la familia Russulacae, como Lactarius indigo se buscan durante temporadas de lluvia por su apreciable sabor.
En la actualidad los micólogos cuentan con herramientas para recrear esta simbiosis en ambientes controlados, y de esta manera los hongos micorrícicos son aprovechados saltando el proceso de buscarlos en los bosques. Estas técnicas se han desarrollado en países como: China, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Brasil y, no siendo la excepción, en México; de esta forma no solamente se obtienen hongos comestibles, sino que también se consiguen productos maderables, evitando la sobre explotación de los bosques contribuyendo a un desarrollo sostenible.
Podemos mencionar que los hongos son el grupo dominante, ya que gracias a ellos y a esta red de micelio se tiene un control en los funcionamientos de los bosques, asimismo, los beneficios que tenemos sobre ellos son vastos para redactarlos en un pequeño párrafo. Cada vez que vayas a tomar una caminata al bosque imagina la red oculta debajo del suelo y podrás observar que todo tiene un cuándo y un porqué en el funcionamiento ecológico.
Sin embargo, debemos comprender que el estudio de los hongos sigue siendo un misterio para el hombre. Curiosamente, tenemos mayor conocimiento de las galaxias que de los organismos que habitan la Tierra.
¿Quieres saber más?
Cairney, J. W. G. (2011), "Ectomycorrhizal fungi: the symbiotic route to the root for phosphorus in forest soils", Plant and Soil, 344: 51–71.
Nazareno Saparrat M. C., et al. (2011), "Micorrizas arbusculares biología y aplicaciones en el sector agro forestal", Universidad Nacional de la Plata.
Ramírez, G., & Rodríguez, V. (2010), "Recognition signalling between arbuscular mycorrhizal fungi (AMF) and plants", Revista Corpoica-Ciencia y Tecnología Agropecuarias, 11(1): 53-60.
The Huge Impact of Mycorrhizal Colonization on Plant and Soil Health
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