La célula viva

La célula es la unidad morfológica y funcional básica de la vida. Hay una canción de rap sobre eso. De hecho, hay toda una teoría sobre eso. Y de hecho, esa teoría, la teoría celular, es uno de los pilares (o paradigmas), sobre los que se fundamenta la biología.

Pero ¿qué dice esta teoría y por qué es tan importante? La teoría celular fue propuesta a mediados del siglo XIX por Schwann y Schleiden, quienes sentaron dos postulados. El primero indica que todos los seres vivos están formados por células, o derivados de células y el segundo, que la célula es la unidad básica, morfológica y funcional, de lo que consideramos vivo. Poco después, Virchow propuso un tercer postulado: toda célula se origina a partir de otra por división de ésta. Lo que nos indican estos postulados es que todos los organismos están formados por células y sustancias que éstas producen. Por ejemplo, nuestro cuerpo está formado por células de diferentes tipos (de la piel, hígado, cerebro y muchísimos más), así como sustancias que producen estas células como las uñas, el cabello o los diversos fluidos corporales.

Esto no es exclusivo de organismo pluricelulares, ya que en un organismo unicelular, una única célula conforma a todo el individuo. Lo cual nos lleva al segundo postulado, que nos indica que la célula es la unidad básica de la vida, es decir, que es capaz de llevar a cabo todas las funciones propias de un ser vivo: crecer, tener metabolismo, reproducirse. En este sentido, algo menos que una célula no podríamos considerarlo vivo. Pero si tomamos un microscopio y vemos que, dentro de una célula, hay un montón de pequeñas estructuras que forman parte de la célula. Esas estructuras, llamadas organelos (que significa órganos pequeños) forman parte de la célula y tienen funciones y propiedades características. Si tomamos uno de estos organelos, vemos que por sí mismo no cumple las funciones de la célula y, por tanto, un solo organelo no es un ser vivo. Sin embargo, es su conjunto logran que una célula realice sus funciones, es decir, que viva. Como dice la famosa frase: El todo es más que la suma de sus partes. Por último, el tercer postulado nos indica que sólo las células pueden dar origen a otras células. Por ahora, quedémonos con la idea de que, una vez que se originó la célula, ésta dio origen a otra, y esa nueva célula dio origen a otra y así todas las células provienen de una célula que existió previamente.