Una breve historia de amor en Japón con Robert Koch

Escrito por Luciferasa y Publicado en junio 4, 2024
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Hoy quiero recordar mi viaje a la nación del sol naciente. Conocemos a Japón a través del ojo del ánime, la comida, los samuráis, la tecnología, los templos y budas gigantes, entre otras cosas, pero ¿qué cosas interesantes hay para un turista científico? Por mi parte, no lo tenía claro hasta que buscando la mejor vista del monte Fuji y por coincidencias del destino, me encontré con mi científico favorito: Robert Koch. Bueno, no exactamente, sí estuvimos en el mismo espacio, aunque en tiempos diferentes. Si leyeron Cazadores de Microbios sabrán que Koch no solo no era japonés, sino que falleció en 1910, ¿qué hacía Koch ahí en el monte Fuji? En esta entrada voy a contarles sobre este gran científico y al final la historia de nuestro breve encuentro.

Fig 1. Una breve historia de amor en Japón con Robert Koch
Figura 1. Robert Koch (1843-1910).

Robert Koch fue médico y microbiólogo (Figura 1). En sus biografías lo describen como una persona seria y metódica; yo lo describo como mi amor platónico. 

En 1905 recibió el Premio Nobel de Medicina y Fisiología por su trabajo en el descubrimiento del agente causante de la tuberculosis, Mycobacterium tuberculosis, conocido también como bacilo de Koch. Otras de sus aportaciones más destacadas son los Postulados de Koch y el descubrimiento de Vibrio cholerae, la bacteria causante del cólera. Junto con su rival Louis Pasteur, Robert Koch es considerado uno de los padres de la bacteriología.

Postulados de Koch

Alrededor del siglo XVI se pensaba que existía “algo” en una persona enferma que era capaz de enfermar a una sana y con el descubrimiento de los microorganismos, se comenzó a sospechar de éstos como posibles causantes de las enfermedades. Sin embargo, fue Robert Koch quién estableció una metodología para comprobar que los microorganismos podían causar enfermedades. 

En aquellos primeros años de la microbiología no se había desarrollado ampliamente el cultivo de microorganismos, por lo que Koch tuvo que idear procedimientos y buscar los mejores materiales para mantener con vida a los microorganismos fuera del hospedero. Tras múltiples pruebas, Koch desarrolló y perfeccionó el cultivo de bacterias para obtener cultivos puros o axénicos, es decir, el cultivo con un solo tipo de bacteria. En esos experimentos Koch aisló la bacteria Bacillus anthracis, causante del ántrax o carbunco.

Con los resultados de su investigación en ántrax, Koch propuso cuatro postulados necesarios para relacionar una infección a un agente causante (Figura 2):

  1. El posible microorganismo patógeno causante de la enfermedad siempre debe estar presente en los organismos enfermos y no en los sanos.
  2. El microorganismo patógeno debe aislarse en un cultivo puro.
  3. Cuando el cultivo puro del microorganismo patógeno se introduce en un organismo sano, éste último se enferma.
  4.  El microorganismo patógeno debe ser aislado del nuevo organismo enfermo y ser idéntico al inicial.
Fig 2. Una breve historia de amor en Japón con Robert Koch
Figura 2. Representación de los postulados de Koch.

Estos postulados han sido clave importante en la investigación de otras enfermedades infecciosas hasta la actualidad y en el desarrollo de posibles métodos de prevención y tratamiento. En el siguiente apartado veremos un ejemplo de la aplicación de los postulados en la investigación de la tuberculosis.

Bacilo de Koch

Cientos de personajes de películas y novelas, científicos, artistas y más se contagiaron de tuberculosis; por ejemplo, la mamá de Satsuki y Mei en Mi vecino Totoro, el poeta Gustavo Adolfo Bécquer, el físico Erwin Schrödinger y el músico Mozart. Esto era muy común puesto que la tuberculosis fue una enfermedad altamente persistente hasta el siglo XIX, siglo en el cual moría una de cada siete personas a causa de ella en el mundo. Los síntomas más comunes de la tuberculosis (también es llamada peste blanca o tisis) son tos prolongada que puede acompañarse de sangre, cansancio, pérdida de peso, fiebre y dolor torácico.

En la investigación de esta enfermedad, Koch se centró en identificar al agente causante de la tuberculosis y, en el año 1882, identificó a Mycobacterium tuberculosis (Figura 3). M. tuberculosis es una bacteria muy especial pues es un microorganismo intracelular de lento crecimiento, es decir, crece en el interior de las células del huésped. Además, contiene gran cantidad de lípidos en su pared celular que la ayudan a aislarse y protegerse de sustancias tóxicas y enzimas secretadas por las células del huésped.

Gracias a la identificación de M. tuberculosis como organismo causal de la tuberculosis, años más tarde, Albert Calmette y Camille Guérin lograron producir una vacuna útil para prevenir esta enfermedad. Desafortunadamente, la tuberculosis aún no ha sido erradicada en el mundo a pesar de la existencia de la vacuna y del desarrollo de antibióticos potentes para su tratamiento como la isoniazida, rifampicina, pirazinamida, etambutol o la estreptomicina. En cambio, se han identificado cepas de M. tuberculosis multirresistentes y la tuberculosis continúa siendo una de las principales causas de muerte de las personas que viven con VIH. 

Robert Koch fue un científico admirable y persistente, líder en la investigación microbiológica de enfermedades en el mundo y contribuyó en la formación de otros científicos. Entre sus alumnos destacados encontramos a: Georg Gaffky y Carl Joseph Eberth, quiénes descubrieron el bacilo de la tifoidea (Salmonella typhi); Edwin Klebs y Friedrich Löeffler, el bacilo de la difteria (Corynebacterium diphtheria); Richard Pfeiffer, el bacilo causante de la influenza (Haemophilus influenzae); William H. Welch, el bacilo de la gangrena (Clostridium perfringens); y Arthur Nikolaier y Shibasaburo Kitasato, el bacilo tetánico (Clostridium tetani).

Con Kitasato, hemos llegado a Japón, el lugar donde ocurrió mi historia. Subí a una colina en Kamakura porque Google Maps me aseguró que de allí podría ver el monte Fuji, pero no contaba con el clima poco prometedor. Todo estaba nublado. Un poco decepcionada contemplaba el inmenso océano Pacífico. Finalmente, decidí continuar con mi camino, pero observé dos rocas, una grande y otra pequeña al costado (Figuras 4 y 5). Me dio curiosidad y me acerqué al monumento

Imaginense mi enorme sorpresa al descubrir que fue hecho en honor al Dr. Robert Koch. Me emocioné bastante, él y yo subimos esa colina para ver el monte Fuji; aunque ése día yo no lo vi. Pero la historia tuvo un final feliz, al siguiente día encontré mejor clima y pude contemplar el volcán en su esplendor (Figura 6). El Dr. Koch y yo en la colina, el monte Fuji en el horizonte. Es impactante.

Fig 4. Una breve historia de amor en Japón con Robert Koch
Figura 4. Monumento en honor a Robert Koch. Créditos: Luciferasa.
Fig 5. Una breve historia de amor en Japón con Robert Koch
Figura 5. Inscripción en la placa del monumento: “Este monumento fue erigido en conmemoración de la visita del Dr. Robert Koch, un bacteriólogo alemán de renombre mundial, en septiembre de 1912 por Shibasaburo Kitasato y voluntarios en la ciudad de Kamakura.
[...]
En julio de 1909 llegó a Kamakura el Dr. Robert Koch, el gran microbiólogo alemán y profesor en Berlín. A veces daba un paseo con el Dr. Kitasato por el monte Ryosenzan y contemplaba el monte Fuji y la hermosa puesta de sol. Le gustó mucho. Pocos años más tarde, falleció en su casa de Alemania. El Dr. Kitasato y el dueño de la montaña se unieron a otros para preparar el monumento en conmemoración del amado lugar de Koch.”
Créditos: Luciferasa.
Fig 6. Una breve historia de amor en Japón con Robert Koch
Figura 6. Vista del monte Fuji desde Enoshima, muy cerca del monte Ryosenzan, Kamakura. Créditos: Luciferasa.

Antes de irme, te dejo una pregunta: ¿Quién es tu científico favorito? Sí, es difícil escoger uno.

Agradecimientos

Agradezco a Juámas por sus amables comentarios y alentarme a escribir sobre lugares llenos de ciencia; y a Batimasy, Rocío y a Nicolau por revisar el borrador de esta entrada.

A los japoneses que no me deportaron.

¿Quieres saber más?

Madigan, M. T. et al. (2009), “Brock. Biología de los microorganismos”, Pearson Educación, p. 1259.

Zhuang, L., et al. (2024), “Mycobacterium tuberculosis: immune response, biomarkers, and therapeutic intervention”, MedComm, 5 (1): e419.

Rohde, K., et al. (2007), “Mycobacterium tuberculosis and the environment within the phagosome”, 219 (1): 37-54.

Robert Koch

Historias de la vacunología: El viajero que cazaba microbios: Robert Koch (1843-1910)

Tuberculosis

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