¿Qué es lo primero que viene a tu mente cuando escuchas la palabra «parásito»?
Quizá la película surcoreana ganadora del premio Óscar en 2020. O bien, organismos similares a gusanos o lombrices, pero es muy posible que si te cuento que los virus son parásitos creas que estoy inventándolo.
Los virus son «microorganismos zombies» que contienen ADN o ARN, ya sea de cadena sencilla o doble, y que pueden o no tener algún tipo de protección proteica o lipídica. Así mismo, el tamaño puede variar entre 0.02 a 1 micra y, dependiendo del virus, puede tener forma circular, de barril, icosaedros e inclusive algunos parecen naves espaciales. Como puedes ver, ¡existe mucha diversidad en los virus!
La razón por la cual decidí definirlos como microorganismos zombies, además de que es temporada de halloween, es porque en realidad los virus solo tienen material genético, es decir, no tienen maquinaria para reproducirse por cuenta propia, por lo cual no se consideran organismos vivos. Esta ausencia de maquinaria obliga a los virus a entrar a las células para poder crear más virus (en biología lo llamamos replicación). Una vez dentro de la célula, secuestran la maquinaria celular para replicar su genoma, ¡ahí es cuando viven! Y, desafortunadamente, en algunas situaciones es cuando las células secuestradas mueren. Pero no es algo grave, pues generalmente no son capaces de infectar a todas las células o bacterias presentes en un organismo. En algunas otras ocasiones, los virus tienen la capacidad de integrarse al genoma celular y replicarse sin afectar la célula, utilizándola como máquina de replicación constante.
Sin embargo, no todos los virus son capaces de infectar a cualquier célula, de hecho son bastante específicos, pues para poder entrar a la célula requieren de la afinidad entre un receptor celular y la proteína o lípido que recubre y protege al virus. Además, existen virus que infectan organismos procariontes (como los virus de bacterias, conocidos como bacteriófagos, y los virus de arqueas) o a organismos eucariontes (como los virus que infectan humanos o a las plantas).
Curiosamente, además de ser parásitos celulares obligados, existen virus que aprovechan a otras especies para poder parasitar su blanco final y estos son mecanismos que apenas estamos comenzando a estudiar a gran detalle. Por ejemplo, existe un bacteriófago conocido coloquialmente como «vampiro», pues se detectó que se «cuelga» del cuello de otro bacteriófago y solamente puede replicarse dentro de las bacterias si el bacteriófago del que se cuelga está presente también. El «vampiro» requiere que el bacteriófago secuestre la maquinaria bacteriana para después secuestrarla él. Imagínalo como ese compañero que no ayudó en la tarea, pero saca mejor calificación que tú. A este tipo de bacteriófagos se les conoce como virus satélites y son considerados elementos genéticos móviles (EGM), los cuales son fragmentos de ADN capaces de moverse, ya sea dentro del genoma, o bien de una célula a otra, y no todos los EGMs existentes son virus.
Otros ejemplos fascinantes emergen cuando los virus utilizan un hospedero intermediario (vector) donde se replican mientras llegan a su destino final, utilizando al vector como medio de transporte. Por ejemplo, existe un virus que infecta a un parásito neurotrópico (es decir, un organismo que se hospeda en el sistema nervioso central) para poder llegar al cerebro e infectar células cerebrales. Asimismo, existen virus como el del dengue o chikungunya, transmitidos por mosquitos y que son de importancia médica, pues estos mosquitos Aedes comienzan a estar presentes en diversas partes del mundo donde antes no se habían observado. O también, los virus que infectan plantas, algunas especies de ellos se replican en las glándulas salivales de los insectos para después poder infectar a las plantas cuando el insecto se alimenta de éstas.
Espero que después de leer esto, haya logrado convencerte: los virus son los parásitos perfectos. Parásitos que no tienen un gasto o requerimiento energético al no estar vivos y que realmente sacan provecho de las células u organismos unicelulares que logran infectar.
Agradecimientos
Agradecimientos a Nicolau, a Alice y a El Paleomike por su tiempo dedicado a revisar y comentar esta entrada, a fin de que sea más amena e interesante al lector.
¿Quieres saber más?
DeCarvalho, T., et al. (2023), "Simultaneous entry as an adaptation to virulence in a novel satellite-helper system infecting Streptomyces species", The ISME Journal, 17: 2381–2388.
Gupta, P., et al. (2024), "A parasite odyssey: An RNA virus concealed in Toxoplasma gondii", Virus Evol., 10 (1): veae040.
Stafford, C. A., et al. (2012), "Hitching a ride. Vector feeding and virus transmission", Commun Integr Biol., 5 (1): 43-49.
La BioZona, es un espacio de comunicación de la ciencia que ofrece contenido multimedia de alta calidad en biología, física, química y más.
SUSCRIBIRSE