Soy biólogo, nacido en Ecuador pero egresado de la Facultad de Ciencias de la UNAM, en México y Oaxaca es mi lugar favorito del planeta Tierra. Desde siempre he estado interesado en la biología, incluso antes de saber que uno podía estudiar para ser biólogo.

La astronomía ha sido mi segundo amor, desde que en la primaria leyendo una enciclopedia creí haber leído que el sol estaba hecho de HIELO (en lugar de Helio, como es el caso). Este dato me sorprendió mucho, y al siguiente día se lo conté a mis amigos en el receso. Uno de ellos me sacó del error, y me dijo que el sol estaba hecho de Helio. En lugar de achicopalarme, me di cuenta de que las cosas no siempre son lo que creemos que son, y es solo a través de la comunicación constante e informada que uno puede evitar caer en los errores propios de nuestros límites psicológicos.

Mi segunda epifanía, o asistencia gravitatoria como dicen en la NASA, fue el curso de Eventos Principales en la Evolución de la Vida Fanerozoica que me llevó a entender a la paleontología como una máquina del tiempo muy poderosa para contextualizar los fenómenos evolutivos y reconstruir la Historia de la Vida en la Tierra.