¿Qué tan antigua es la Tierra?

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El tiempo pareciera ser algo que fluye continuamente, y para poder darnos cuenta de que transcurre tenemos que dividirlo y contabilizarlo de algún modo. ¿Cómo dividimos el tiempo que pasa entre un evento y otro? Podemos contarlo, y ordenarlo. Han pasado 30 segundos, o 3 horas, 3 meses, 3 años…, mil años, diez mil, cien mil, 1 000 000 (¡un millón de años!). La paleontología me enseñó a usar el millón de años como unidad temporal. Es una cantidad brutal de tiempo en términos humanos, y a la vez, es una fracción ínfima si consideramos toda la historia del planeta. 

Sigamos contando. Pero antes… ¿Cuántos años tienes tú? Puedes expresarlo en números o ponerlo en perspectiva ¿En qué etapa de tu vida te encuentras? Infancia, adolescencia, adultez… Si pasamos de la historia de un individuo, a la de toda la humanidad, vemos que también se divide en períodos y edades. Por ejemplo, el periodo paleolítico ocurrió hace apenas 300 mil años. Pero ¿cómo podemos dividir el tiempo si queremos hablar de toda la Historia del planeta? Ya no podemos usar años, ni siglos, ni siquiera milenios. Entramos en la escala de miles de millones de años.

La Tierra tiene, aproximadamente, 4567 millones de años según la más reciente versión de la tabla cronoestratigráfica internacional, que es el estándar cronológico en geología. Y gracias al cuidadoso estudio de la composición de las rocas y el análisis de los fósiles, se puede dividir a la historia de la Tierra en cuatro eones: Hadeano, Arqueano, Proterozoico y Fanerozoico. ¿Qué pasó en cada uno? Acompáñame a dar una pequeña vuelta por la Historia de la Tierra.

El Hadeano (el primer eón) duró 567 millones de años (m. a.). Abarca desde la formación de la Tierra hasta hace 4000 m. a. Los primeros 100 m. a. del Hadeano estuvieron caracterizados por un bombardeo intenso de meteoros. Se formaron los océanos, con agua procedente de meteoritos y la acción de los volcanes. Se formó la atmósfera, aunque sin oxígeno y con gases muy diferentes a los de la atmósfera actual. La vida bacteriana apareció hacia mediados de este eón. Y, de un choque muy grande, se formó la luna, dando paso al eón Arcaico. 

El Arcaico abarca desde el final del Hadeano hasta hace 2500 m. a. (durando 1500 m. a.). Durante este eón se diferenciaron las capas de la Tierra; había mucha actividad volcánica, y los mares someros estaban dominados por estromatolitos y tapetes bacterianos. 

El Proterozoico empezó después del Arcaico y duró unos 2000 m. a. Durante este tiempo se formaron las placas continentales y la Tierra atravesó severas glaciaciones. Es a finales de este eón cuando la vida animal comenzó a surgir. 

Estos tres primeros eones, Hadeano, Arcaico y Proterozoico, se suelen agrupar, y al conjunto se lo conoce informalmente como Precámbrico. El eón actual, el Fanerozoico, comienza hace 538 millones de años. Los ecosistemas, tal y como los conocemos, tomaron forma recién en estos últimos cientos de millones de años, una proporción muy pequeña de toda la historia terrestre.

Para entenderlo mejor, podemos dividir el Tiempo Geológico en bloques de 500 millones de años y redondear los bordes entre eones (4500/500=9) esto nos da 9 bloques. Si lo vemos en proporción con toda la historia, el Fanerozoico es la última de estas nueve fracciones y empezó hace relativamente poco tiempo. Los ecosistemas estuvieron dominados por animales en tan solo 1/9 partes de la historia. En contraste, si sumamos el reinado de las bacterias y arqueas (ambos procariontes), que dominaron los ecosistemas durante los dos primeros eones (Hadeano, Arqueano), y los protistas (eucariontes) que co-dominaron el siguiente eón (Proterozoico), los microbios han dominado 7/9 partes de la Historia de la Tierra como únicos habitantes. Es tan solo hacia el final del proterozoico que ocurre una transición mayor en la biota, cuando ciertos grupos protistas se aventuraron en el terreno de la multicelularidad y surgieron los primeros grupos animales. Esta es la biota de Ediacara, con muchos taxones enigmáticos pero al menos cuatro posibles grupos animales: cnidarios, esponjas, e incluso bilaterales como cordados y lofotrocozoos (un grupo de animales que entre otros incluye moluscos, y anélidos). 

Muchos de estos organismos de Ediacara tienen morfologías extrañas y taxonómicamente no son compatibles con ningún otro grupo animal. ¿Por qué? Empezando por su simetría fractal, que les da la capacidad de alimentarse por difusión pasiva, sin la necesidad de órganos internos ni tejidos. Sin embargo otros organismos muestran claras características de los primeros grupos animales, como el cnidario predador Auroralumina attenboroughii descrito por la Dra. Frankie Dunn de la Universidad de Oxford (por supuesto, nombrada en honor a David Attenborough). Otros casos similares son Thectardis avalonesis cuya morfofisiología indica que es una esponja, Namacalathus hermanastes interpretado como un Lofotrocozoo y Ausia fenestrata, posible cordado tunicado, aunque estas interpretaciones aún no son universalmente aceptadas y se necesita más evidencia para respaldarlas.

Reconstrucción de Auroralumina attenboroughii (Dunn et al. 2022)

Ocurrieron muchas cosas durante el Fanerozoico y es debido a su riqueza fosilífera que se puede estudiar con mucho más detalle. Ahora, podemos adentrarnos en las eras y periodos geológicos. Las eras geológicas son más grandes que los periodos, y solo hay tres en el eón Fanerozoico: Paleozoico, Mesozoico y Cenozoico. Por ahora nos quedaremos hasta esta escala, donde todavía podemos apreciar grandes diferencias en los ecosistemas: en el Paleozoico empezamos con fauna cámbrica, como trilobites y anomalocáridos, hasta el Mesozoico: dinosaurios y pequeños mamíferos; y mega fauna mamífera y aves migratorias en el Cenozoico. La evolución de la biota del fanerozoico estuvo marcada por 5 extinciones masivas muy bien documentadas. En esta etapa, el Fanerozoico, es donde se enfoca la mayor parte del trabajo paleontológico, así que conviene desglosar la historia aún más, lo cual merece su propia entrada.

¿Quieres saber más?

Aragonés Suarez, P.A. & Leys, S.P. (2022), «The sponge pump as a morphological character in the fossil record«, Paleobiology, 48 (3): 446-461.

Dunn, F.S., et al. (2022), «A crown-group cnidarian from the Ediacaran of Charnwood Forest, UK«, Nat Ecol Evol, 6: 1095-1104. 

Jerzy Dzik (2003), «Anatomical Information Content in the Ediacaran Fossils and Their Possible Zoological Affinities«, Integrative and Comparative Biology, 43 (1): 114–126,

International Stratigraphic Commission

Shore, A. J., et al. (2021), «Ediacaran metazoan reveals lophotrochozoan affinity and deepens root of Cambrian Explosion» Science advances, 7 (1): eabf2933.

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Autor

  • Juámas

    Soy biólogo, nacido en Ecuador pero egresado de la Facultad de Ciencias de la UNAM, en México y Oaxaca es mi lugar favorito del planeta Tierra.

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