La historia humana está escrita en la popó

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¿Qué nos puede contar la popó de nuestros tatarabuelos?

¿Qué pensarías si te dijera que encontraron heces humanas de hace 2 mil años? ¿Y si te dijera que gracias a las técnicas de secuenciación masiva y paleogenómica se logró describir qué poblaciones bacterianas había en aquella época? Pues un conjunto de palegenómicos (paleoñoños), han sido capaces de hacer justamente esto con 8 muestras de heces encontradas en 3 sitios diferentes: Zape (Durango, Mx), Arid West Cave y Boomerang Shelter (Utah, USA). Y para poder contrastar este hallazgo también analizaron muestras de poblaciones rurales y poblaciones industrializadas. Pareciera que el tipo de alimentación no ha variado tanto entre nuestros ancestros y las poblaciones rurales, donde hay menor consumo de alimentos procesados cuando se compara con poblaciones industrializadas, donde todo se compra en el supermercado y en muchas ocasiones pre-cocido o ya cocinado. Estas conclusiones se dan por la poblaciones bacterianas encontradas. Por ejemplo, Firmicutes, un phylum bacteriano que se ha relacionado con un alto consumo de fibra vegetal y almidones no resistentes (los cuales se encuentran en vegetales, frutas y tubérculos) fue encontrada tanto en las heces de nuestros ancestros como en las de poblaciones rurales. 

Y así como la alimentación no ha variado tanto, tampoco lo ha hecho la función de ciertas bacterias, pues tanto en las heces ancestrales, como en las rurales se encuentran enzimas que degradan almidón y glucógeno, función que no está muy presente en las heces de poblaciones industrializadas y que sabemos es muy dependiente de la alimentación. Otro de los hallazgos interesantes fue el no observar genes resistentes a antibióticos en las heces ancestrales, lo cual tiene bastante sentido si consideramos que hace 1000 años no existían los antibióticos (la penicilina se descubrió en 1928). Lo curioso es que estos genes de resistencia se observaron tanto en poblaciones rurales como industrializadas, y esto puede ser en parte por el uso de antibióticos tanto para manejo de enfermedades como para ganadería y agricultura (se ha observado que el agua de riego tiene genes de resistencia antibiótica).

En pocas palabras, las bacterias que favorecen la degradación de los alimentos en el intestino han estado presentes desde que existimos y estas no han cambiado sus funciones de forma drástica, aún a pesar de nuestros cambios en estilo de alimentación, costumbres e inclusive formas en cómo cosechamos estos alimentos.

¿Quieres saber más?

Wibowo, M.C., Yang, Z., Borry, M. et al. (2021)Reconstruction of ancient microbial genomes from the human gut. Nature 594, 234–239.

Rinninella, E., Raoul, P., Cintoni, M., Franceschi, F., Miggiano, G., Gasbarrini, A., & Mele, M. C. (2019). What is the Healthy Gut Microbiota Composition? A Changing Ecosystem across Age, Environment, Diet, and Diseases. Microorganisms, 7(1), 14.

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