Desde la llegada del hombre a la Luna hace más de 50 años, la carrera espacial ha estado tradicionalmente marcada por la presencia masculina. Con la idea de mudar esta situación, la NASA lidera un nuevo programa internacional que tiene como objetivos llevar a la primera mujer y la primera persona de color a la Luna en el año 2024, además de establecer una base y asegurar la presencia humana en el satélite, para eventualmente llevar astronautas hasta Marte, antes del final de la década. La próxima generación de caminantes lunares necesitará un conjunto completamente nuevo de trajes espaciales y sistemas de apoyo para permitir la exploración por primera vez del entorno inhóspito del polo sur lunar. Para esto, la NASA está trabajando en un nuevo traje o como se conoce formalmente, una nueva unidad de movilidad extravehicular de Exploración (xEMU por sus siglas en inglés) que utilizará tecnología 3D para adaptarse a la anatomía de cada cuerpo, asegurando que el tallaje no será un obstáculo en esta futura misión.

El programa para retornar a la Luna con la primera mujer en su tripulación lleva el nombre de Artemis, hermana gemela del dios griego Apollo quien fue homenajeado en los años 60 en el programa espacial que llevó al primer hombre al satélite natural de la Tierra. A pesar de tener un destino en común, las misiones se originaron bajo circunstancias completamente diferentes. La misión Apollo surgió durante la Guerra Fría y la corrida espacial, en una campaña para demostrar superioridad sobre la ex Unión Soviética y ser los primeros en posar en la Luna. El programa Artemis busca garantizar la presencia humana en la Luna con la construcción de una estación espacial en la órbita lunar que llevará por nombre Lunar Orbital Platform – Gateway (LOP – G, por sus siglas en inglés) o simplemente Gateway. La plataforma que se construirá en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), servirá como centro de comunicaciones e investigaciones, donde los astronautas podrán vivir por 90 días, además de ser un punto de parada para la exploración robótica y tripulada del polo sur del satélite.

El programa se divide en siete misiones, siendo Artemis I la primera a ser lanzada en el 2021. La misión consta de un vuelo de prueba sin tripulación de la nave espacial ORION y el cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS, por sus siglas en inglés) como un sistema integrado en anticipación a las misiones con astronautas. El cohete SLS es el más poderoso y capaz que la NASA haya construido, que enviará misiones más lejos y más rápido a través del espacio. La misión Artemis I deberá demostrar que la NASA todavía sabe mandar naves tripuladas a la órbita de la Luna. Artemis II tiene previsto repetir el mismo plan de vuelo de la nave ORION pero esta vez llevará tripulación solo para circunnavegar el satélite, además lanzará y dejará en la órbita lunar los dos primeros elementos de la plataforma Gateway.

La tercera misión Artemis prevista para el año 2024 está programada para ser la segunda misión tripulada de la nave ORION y llevará a su tripulación a la órbita lunar, donde se acoplará con la Gateway. Dentro de la plataforma espacial abordarán el módulo de descenso para realizar el primer alunizaje desde la misión Apollo y que será llevado a cabo por una mujer y la primera persona negra. En las misiones posteriores, la NASA buscará garantizar un flujo estable y continuo de expediciones a la Gateway donde los astronautas harán expediciones a la superficie lunar y sus alrededores mientras se prepara para las misiones humanas a Marte. La agencia estadounidense quiere regresar a la Luna en busca de descubrimientos científicos, beneficios económicos e inspiración para una nueva generación de exploradores: la Generación Artemis, mientras mantiene el liderazgo estadounidense en exploración, construye una alianza global y explora el espacio profundo en beneficio de todos.