Buitres y zopilotes: los incomprendidos recolectores de basura en la naturaleza

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Si le preguntas a la gente su opinión sobre los buitres y zopilotes, la mayoría de ellos probablemente contestaría que le parecen animales feos y desagradables. Incluso algunos puede que les tengan miedo y los asocien con la muerte o malos augurios.

Aunque el atractivo físico de los buitres es una cuestión de gustos personales, lo cierto es que los buitres cumplen un papel muy importante en los ecosistemas, y los prejuicios que los rodean impiden que el público comprenda su valor.

Primero que nada, ¿qué es un zopilote y qué es un buitre? Los dos son aves que se alimentan exclusivamente de carroña, son de gran tamaño y se caracterizan principalmente porque la mayoría carecen de plumas en la cabeza. Los zopilotes, sin embargo, son algunas especies nativas del continente americano, mientras que los buitres se distribuyen en el Viejo Mundo. Además, no están emparentados. Los zopilotes pertenecen a la familia taxonómica Cathartidae, y los buitres a Accipitridae (en realidad están más emparentados con las águilas). El motivo por el cual se parecen tanto es porque cumplen el mismo papel en sus respectivos ecosistemas y evolucionaron de forma muy similar. Este fenómeno se conoce como convergencia.

Un cóndor de California (Gymnogyps californianus), una especie del continente americano que se encontraba en peligro crítico de extinción. Hoy en día, sus números van en aumento gracias a los esfuerzos de conservación. Foto: Loi Nguyen, National Audubon Society.

En todos los continentes estas aves actúan eliminando los cadáveres de los ecosistemas. Cuando un animal muere, su cuerpo entra en descomposición por acción de los microorganismos en el suelo. Si los animales carnívoros o carroñeros no consumen el cadáver rápidamente, los microorganismos pueden proliferar y esparcirse, contagiando de infecciones a la fauna. Aquí es donde entran los buitres y zopilotes (buitres, de aquí en adelante), que tienen un sentido del olfato desarrollado para localizar los cadáveres y consumirlos rápidamente.

Aunque el efecto de los buitres sobre la dispersión de microorganismos infecciosos no está bien estudiado, su ausencia puede tener efectos indirectos en los ecosistemas. Por ejemplo, al haber más cadáveres disponibles, otros animales pueden aprovecharlos y propagar infecciones. Además, algunos de éstos pueden entrar en contacto con los humanos fácilmente, exponiéndonos a enfermedades como rabia o ántrax. Como consecuencia, la desaparición de estas aves puede también tener serias consecuencias económicas.

Desafortunadamente, la gente no es consciente de los beneficios que aportan los buitres. Esto, junto con su aspecto inusual y su asociación con la muerte causa hostilidad de parte de los humanos hacia ellos. Como consecuencia, más de la mitad de las especies de buitres en el mundo se encuentran en peligro de extinción. Algunas especies de África y Asia se han visto reducidas en más del 95% de sus números. El envenenamiento es la principal causa de muerte para estas aves. Aunque muchas veces es intencional, la mayoría de las muertes se deben al consumo de ganado al que se le había administrado un medicamento llamado diclofenaco.

El buitre de pico largo (Gyps indicus), una de las especies cuyas poblaciones se han desplomado más drásticamente. Foto: BBC.
Un zopilote aura (Cathartes aura), una de las especies más comunes en el continente americano que por el momento no se encuentra en peligro de extinción. Foto: Britannica.

Afortunadamente, se han empezado a tomar acciones para ayudar a los buitres, como la creación de estaciones especializadas de alimentación, campañas de concientización y proyectos de reproducción (y se prohibió el uso veterinario de diclofenaco). Sin embargo, tomará mucho tiempo que las poblaciones de estas aves se recuperen, y con ellas el ecosistema. En el continente americano, afortunadamente, la mayoría de nuestros zopilotes no se encuentran en peligro, pero depende de nosotros que estas singulares aves se mantengan a salvo. Debemos recordar que no importa qué tan feos o peligrosos nos parezcan los animales, todos tienen un papel esencial en su ecosistema, que nos beneficia a todos aunque no lo notemos.

¿Quieres saber más?

Ogada, D.L., et al. (2011), “Dropping dead: causes and consequences of vulture population declines worldwide“, Annals of the New York Academy of Sciences, 1249 (1): 57-71.

Plaza, P.I., et al. (2020), “Implications of bacterial, viral and mycotic microorganisms in vultures for wildlife conservation, ecosystem services and public health“, Ibis, 162 (4): 1109-1124.

Global efforts to halt the rapid decline of vultures

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