Imagina que estás enfermito y que vas al doctor para que te recete medicinas, quizá sean unas pastillas; bueno, aquí estamos usando términos incorrectos. Comencemos otra vez… Imagina que estás enfermo y que vas al médico a que te diagnostique y prescriba un medicamento, quizá sea en forma de tabletas… ¿Es importante conocer esta terminología? ¿Sirve de algo saber la diferencia entre qué es una tableta y una cápsula? ¿Qué es un medicamento y qué las formas farmacéuticas? Hoy hablaremos de estos términos que suelen confundirnos, pero que son importantes para comprender el funcionamiento de los medicamentos.
Iniciemos por el término fundamental, fármaco. Éste refiere a los compuestos de origen natural o sintético que causan el efecto terapéutico en tu organismo, es decir, el compuesto químico responsable de atender el padecimiento; y que también podemos llamar principio activo. Pero los fármacos no se administran solos como polvito blanco, pues pueden presentar diferentes problemas biológicos, físicos o químicos, por ejemplo, podrían degradarse con la luz o el oxígeno, puede ser muy muy poquita la cantidad necesaria y apenas distinguirla, o podrían ser poco solubles en agua, prácticamente una roca, entre otros problemas.
Para resolver los problemas particulares del fármaco que se requiera administrar, primero es necesario determinar las propiedades fisicoquímicas y su actividad farmacológica, tales como la solubilidad del fármaco en agua, estabilidad química, física y biológica, dosis, concentración tóxica del compuesto, entre otras. Con el compendio de estos datos, se diseñan diferentes modalidades para su administración, es decir, el fármaco se produce en diferentes formas farmacéuticas.
Aquí llegamos a la forma farmacéutica, ésta consiste en el fármaco o fármacos mezclados con aditivos (también conocidos como excipientes), para su adecuada dosificación, conservación y administración. Aclaremos esta idea, las formas farmacéuticas pueden ser sólidas (tabletas, cápsulas, polvos, etc.), semisólidas (supositorios y óvulos), líquidas (jarabes, soluciones, suspensiones, etc.) o gaseosas (aerosoles). Mientras que los excipientes son compuestos no activos que ayudan a resolver los problemas que presente el fármaco a través de estrategias como proporcionar estabilidad al fármaco, facilitar la disolución o protección contra pH o luz. De acuerdo con el tipo de fármaco y forma farmacéutica seleccionada se escogerán los excipientes adecuados.
Como puedes ver, las formas farmacéuticas tienen como función la administración del fármaco en la dosificación adecuada y proporcionarle estabilidad química, física y biológica. De este modo, dependiendo del fármaco o fármacos y el sitio donde ejercerán su función, se decide cuál es la forma farmacéutica más conveniente. Aunque hay muchas formas farmacéuticas, las más comunes son tabletas, cápsulas, soluciones e inyectables.
Regresemos a las preguntas iniciales, ¿es importante conocer esta terminología? ¿sirve de algo saber la diferencia entre qué es una tableta y una cápsula? La respuesta es: sí. Los nombres de cada forma farmacéutica son importantes para distinguirlas y conocer las propiedades inherentes al tipo de forma farmacéutica. Por ejemplo, una cápsula consiste en una cubierta hecha de gelatina dura o blanda, de administración única y rellena de polvo, tabletas, pastas, microesferas o soluciones, fáciles de administrar y transportar, pero susceptibles a la humedad y contaminación microbiana. Por otra parte, una tableta es la forma sólida de dosificación única preparada por moldeo o compresión, son de fácil fabricación, pero no pueden ser administradas a pacientes inconscientes y resulta difícil formular fármacos líquidos, con alta o baja dosis. También podría salvarte la vida poder decirle al médico con precisión si consumiste accidentalmente una caja de tabletas o una de cápsulas, ya que una de ellas puede causar más rápido la intoxicación que la otra.
Además, conocer las propiedades de las formas farmacéuticas ayuda a evitar el uso inadecuado de los medicamentos. Por ejemplo, ¿has abierto una cápsula para sacarle el polvito? Si tu respuesta fue afirmativa, esto es una gran error ya que la cubierta protege al fármaco y podrías causar que el fármaco sea degradado por la luz o el pH del estómago. Otro ejemplo de la administración inadecuada de un medicamento es partir una tableta, ya sé que a veces el médico lo pide, pero al partirla también puede degradarse el principio activo por la luz o el oxígeno y nada asegura que el fármaco estará distribuido equitativamente en cada mitad de la tableta. Sin embargo, recuerda que debes seguir las indicaciones del personal médico y preguntarle todas tus dudas sobre una correcta administración.
El último término que definiremos hoy es medicamento, este se refiere al fármaco o fármacos en una forma farmacéutica y se identifica por su actividad farmacológica para tratar un padecimiento, esto es, listo para su venta al público y pueda ser administrado al paciente. Conviene destacar que la caja o recipiente en el que se encuentran contenidas las formas farmacéuticas son importantes, ya que están diseñadas para proteger su estabilidad durante el almacenamiento y distribución.
Sé que resulta difícil y tedioso recordar y emplear los términos correctos, sin embargo, son muy útiles para hacer un uso adecuado de los medicamentos, así evitamos su degradación y mejoramos la respuesta farmacológica.
Agradecimientos
Agradezco a RoCaSoGui y Mario Morales por haber revisado el borrador de esta entrada.
¿Quieres saber más?
Álvarez-Cruz, N. S. & Bagué-Serrano, A. J. (2012), “Tecnología Farmacéutica”, Editorial Club Universitario, p. 367.
NORMA Oficial Mexicana NOM-059-SSA1-2015, Buenas prácticas de fabricación de medicamentos.
Alpízar-Ramos, M. S. & Hernández-Baltazar, E. (2010), “Formas Farmacéuticas Sólidas”, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Química, 2a ed.
Roy, J. (2011), “An Introduction to Pharmaceutical Sciences. Production, Chemistry, Techniques and Technology”, Elsevier Science, p. 446.
