Homínidos espaciales

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Muy buenos tiempos. Soy el Profesor Distopías, y desde un punto incierto en el Pacífico, he logrado enlazar ideas y sentires con La BioZona, para relatar ideas en torno a los futuros desiertos que nos esperan y habitaremos. En este primer contacto, dirijamos nuestra atención a los retos que representa el hecho de que hayamos volteado a las estrellas, y la curiosidad que nos ha llevado a explorar el cosmos. ¿Podremos volvernos una especie espacial?

Me gusta la idea de que, desde que existe la humanidad como especie, ha volcado su vista a las estrellas, experimentando un raudal de emociones, respuestas mnémicas, y la imperiosa necesidad de compartirlo mediante lo que ahora conocemos como lenguaje. Los astros, su movimiento, y nuestra posición respecto a éstos, han suscitado infinidad de narrativas. Y, nuestra gestión cada vez más sistemática del conocimiento, nos ha permitido acercarnos un poco a otros astros, y conocer un poco más sobre nuestro universo.

Siendo los homínidos hipersociales y políticos que somos, esto tiene sus implicaciones, que sin duda son complejas e interesantísimas. La historia de cómo los Homo sapiens han logrado vencer la gravedad y buscan habitar otros planetas, es un gran recurso que no sólo permite vender superproducciones cinematográficas con las estrellas del momento. También, tal vez nos permita sobrevivir al futuro aciago que se acerca.

Los viajes espaciales tripulados suponen una serie de retos a los que la actividad científica ha buscado dar solución. Un ámbito complejo, es lo referente a la preservación de la vida, y cómo influyen las misiones espaciales en el comportamiento y la salud mental. Pueden presentarse alteraciones osteomusculares debidas a la ausencia de gravedad, que se traducen en disminución de tejido muscular, cambios en la densidad de los huesos que pueden producir hasta aumento en la talla y estatura, que a su vez pueden motivar cambios en la conducta y tendencia a la irritabilidad. También pueden manifestar propensión a arritmia cardiaca y otros padecimientos relacionados con la capilaridad circulatoria, por la combinación de factores gravitatorios y de radiación ambiental a la que las personas se pueden ver expuestas en el espacio.

Precisamente, asociado con la radiación también está el riesgo de desarrollar cáncer a largo plazo. Este es un problema sustancial, debido a que aún se desconoce mucho en lo referente a la exposición a la radiación en el espacio y sus consecuencias. Los blindajes espaciales, la modificación genética preventiva, y la habitabilidad exoterrestre permanente, son temáticas que aún son exclusivas de la ciencia ficción.

La alimentación es otra línea importantísima. ¿Qué pasa cuando una persona mantiene una dieta constante basada en alimentos rehidratados? Los procesos de excreción también son importantes. Y mantener el equilibrio en un ecosistema cerrado, donde los líquidos y el oxígeno están limitados, sin duda los vuelven recursos valiosísimos. Vivimos gracias a fluidos que tienen un ciclo de conservación bastante específico.

Ni hablar de la incertidumbre que encontramos en el ámbito de las ciencias de la conducta y las dinámicas psicosociales que suponen los viajes espaciales. Que, para hablar sobre las consecuencias del aislamiento, y las posibilidades que la investigación pueda abrir, escribiré la próxima ocasión. Pero, me surgen algunas interrogantes, que comparto con quien dirige su mirada a estas líneas: ¿Cómo podemos medir la conducta humana, y factores asociados con la socialización, el contacto, y las certezas que nos brinda el afecto cercano?

¿Quieres saber más?

Gallego, F. D. M. M., et al. (2019), «Riesgos de ser un astronauta: Héroes del espacio», Medicina, 41(1), pp. 47-62.

Zambrano, H. S. P., et al. (2017), «Viajes espaciales y sus efectos en el sistema nervioso central», Archivos de medicina, 13(2), p. 11.

Futuros Desiertos: Contacto con La Biozona

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