Este año la Dra. Katalin Karikó ganó el Nobel de medicina y con ello se unió al pequeño grupo de mujeres que han recibido este premio (solo 6% del total de galardonados), lo cual es un indicio del gran sesgo patriarcal que hay en la sociedad y el ambiente académico (la academia). Pero también este premio expuso algo un poco más oscuro sobre la academia: El trabajo de la Dra. Karikó no fue publicado en revistas científicas de alto prestigio e impacto (su publicación fue rechazada por Nature solo 24 horas después de haberla enviado en 2005).
La Dra. Karikó jamás consiguió un puesto académico a pesar de haber invertido 35 años de su vida a la investigación, 7 años en su país natal, Hungría, y los 28 restantes en la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, donde pasó la mayoría de su vida académica, pero no le dieron la oportunidad de desarrollarse como investigadora académica con permanencia. Esta problemática fue ocasionada mayormente porque no lograba conseguir financiamiento para su línea de investigación (el cual depende principialmente del fundamento científico de las ideas, pero también de las publicaciones de quién solicita el financiamiento) y en varias ocasiones su trabajo fue visto con desdén (la misma Nature justificó su rechazo argumentando que su contribución era pequeña en relación con lo que ya se había descrito previamente).
Lo interesante es que si bien muchos en la academia tienen exactamente el mismo perfil, si lo analizamos más a fondo, la Dra. Karikó es el ejemplo perfecto de un fenómeno del cual cada vez se habla más: el prestigio académico va de la mano con el alcance económico y la ciencia resulta inaccesible.
Cuando vemos los países que han recibido premios Nobel, observamos que los primeros 5 son: Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia y Suecia. Estos son países cuya inversión en ciencia es muy alta en comparación a países de bajo y mediano ingreso.
Esta baja inversión en ciencia nos afecta de distintas formas en latinoamérica, una de ellas siendo los límites para publicar. Desgraciadamente el número de publicaciones y las revistas donde se ha publicado son considerados un reflejo de la trayectoria académica y, por lo tanto, si no se tienen publicaciones en revistas muy prestigiosas es posible que no seas reconocido como un experto en tu área.
Las revistas científicas tienen métricas que nos sugieren la calidad de éstas, entre esos indicadores se encuentran: el factor de impacto (IF) y el cuartil (Q). El factor de impacto, como su nombre lo dice, nos da una idea de que tan impactante o "popular" es una revista, esto basado en la cantidad de citas que tienen los artículos que publica. Por otra parte, el cuartil es la estadística de los factores de impacto entre revistas de una misma área, es decir, es un comparativo de categorías. Aquellas publicaciones que tienen mayor IF estarán en el mejor cuartil (Q1).
Algunas revistas, sobre todo las universitarias, no tienen un costo para publicar, sin embargo, exigen que la metodología sea robusta y que se describan cosas que puedan cambiar los paradigmas. El sueño de muchos investigadores es publicar en éstas, pues es un reconocimiento académico dentro del campo de estudio. Otras revistas (la gran mayoría) tienen dos tipos de publicaciones: 1) Acceso abierto, donde el costo de publicación es más alto (¡publicar un artículo puede costar hasta 14 mil dólares!), pero las personas pueden acceder a ellas de forma gratuita y, por lo tanto, es posible que tengas más citas y reconocimiento de la comunidad. 2) Las que son pago por ver, donde los lectores o instituciones deben pagar el acceso a tu artículo, los precios varían según la revista, pudiendo costar hasta 40 dólares. Estos costos están en estrecha relación con el factor de impacto y el cuartil, por lo que una revista "más popular" generalmente será mucho más cara. Tan conocida es la situación, que hasta existe un meme que lo representa perfectamente:
Meme que critica “La creciente inaccesibilidad de la ciencia”.
Además del pago de la publicación, hay otros factores que afectan qué tanto los investigadores de países de bajo o medio ingreso logren publicar en revistas "reconocidas", algunos de ellos son:
1) El lenguaje. El inglés es la lengua que más se difunde en la comunidad científica (comúnmente llamada lingua franca de la ciencia), lo cual genera barreras muy complejas: la mayoría de los científicos no son anglófonos nativos, lo que los obliga a aprender una lengua diferente a la materna, con las posibles dificultades estructurales que conlleva (sobre todo en el acceso a la educación donde se asume que todos aprenden inglés al grado de escribir como nativos). Esto se considera una forma de colonización, entendiéndose como el acto de dominio de aquellos que están en ventaja sobre los que no (por ejemplo, países dónde el inglés se considera una segunda lengua). Además, se ha reportado que algunos revisores-editores al ver un apellido no inglés dentro de los autores, sugieren revisión de idioma sin una revisión detallada del contenido del artículo. Esto se vuelve más complejo cuando los cargos por "revisión y edición de lenguaje" por parte de las editoriales varía entre 400 a 1000 dólares por artículo (¡negociazo!). Ya esto comienza a ser tan mencionado en el mundo internauta, que hasta hay memes al respecto:
Meme que ilustra el “miedo” que tienen los países de habla inglesa cuando leen artículos escritos en inglés de países latinoamericanos; no es gracioso porque es racismo.
2) El costo experimental. Actualmente, para publicar en una revista de alto impacto se requiere que cuentes una historia bastante sólida y en ciencia (sobre todo la experimental), eso implica que tengas muchas réplicas/muestras y que tus hallazgos sean confirmados con diferentes técnicas. Y aunque esto suena al "deber científico" la realidad es que los experimentos siempre están sujetos al presupuesto, lo cual genera un gran predicamento: ¿Cómo hacer ciencia de calidad internacional con poco presupuesto? Una forma de sobrellevar estos costos es la colaboración científica entre diferentes grupos, desgraciadamente esto ha llevado a un fenómeno también cada vez más común: la colonización de la ciencia. Este término describe como grupos de investigación (generalmente del norte global), donde hay más presupuesto para la ciencia, colaboran con grupos de países con bajo o mediano ingreso para que estos últimos se encarguen de colectar muestras y el análisis e investigación se realice en donde está el dinero.
3) El reconocimiento. Si para ser reconocido en tu área debes publicar (principalmente como primer autor o autor de correspondencia) y darte a conocer (es decir, ir a congresos y que tus artículos sean citados), para lograrlo debes contar con presupuesto. ¿Cómo funciona el reconocimiento para los investigadores de países con bajo y mediano ingreso? La tendencia principal es migrar, es por lo que algunos premios Nobel son ganados en el país que da el financiamiento, independiente de la nacionalidad del investigador.
Seguro hay más factores que estoy pasando por alto, pero como no todo son malas noticias ni ansiedad académica, ahora les contaré sobre qué se puede hacer para evitar estos muros académicos o, al menos, formas de escalarlos:
1) Para las barreras de lenguaje y con el afán de hacer la ciencia más accesible, diversos grupos han sugerido que se publique en múltiples idiomas y se utilice un sistema de traducción de inteligencia artificial que no tenga costo. Tip de investigadora cuya lengua materna es el español: usen chatGPT para parafrasear sus ideas pidiendo que use lenguaje académico (algunas revistas ya permiten que chatGPT sea co-autor o sea citado).
2) En lugar de buscar colaboraciones extranjeras se podrían crear redes de colaboración nacionales. Es un camino más lento, pero seguro tendrá más impacto en la ciencia nacional.
3) Usa Twitter/ResearchGate: ambas plataformas son excelentes para discutir ideas y dar a conocer tu área de trabajo sin que exista un sesgo respecto a la revista donde publicaste. Si bien la academia tiene fallas (como cualquier grupo social), también tiene mucha gente consciente de la problemática y que quiere generar un cambio antes de que sea un enorme cuello de botella. Además, en algunas áreas de investigación, y en parte gracias a la pandemia, es cada vez más común tener congresos online donde no tienes que preocuparte por buscar financiamiento para el costo del viaje o sufrir por los trámites de visas.
4) Para poder acceder a los artículos que son de pago existen muchas opciones, entre ellas usar Sci-Hub, la cual es una plataforma donde pones la URL o el DOI del artículo y si está en la biblioteca, lo puedes descargar gratis. También puedes optar por escribir a los autores a su correo, Twitter o ResearchGate.
Finalmente, en los últimos años el uso de pre-prints (biorxiv, medrxiv) ha permitido que las revisiones se realicen por la comunidad. Ello está demostrando que no necesariamente tendríamos que ceder ante las aspiraciones capitalistas de las revistas científicas (sí, esta pedrada va para Elsevier, JAMA, NEJM, Cell, BMC y otras...) y que lo que faltaba era la infraestructura para poder iniciar los cambios.
Agradecimientos
Agradezco a Paola Licea y Sensu Lato por sus comentarios y correcciones al borrador de esta entrada.
¿Quieres saber más?
Couch, Y. (2020), "Why does a high-impact publication matter so much for a career in research?", CAREER COLUMN, Nature.
Siler, K. & Frenken, K. (2020), "The pricing of open access journals: Diverse niches and sources of value in academic publishing", Quantitative Science Studies, 1 (1): 28–59.
Nature Human Behaviour, (2023), "Scientific publishing has a language problem", 7: 1019-1020.
Todas las personas que han ganado el Premio Nobel
¿Cuántas mujeres han ganado el Premio Nobel?
Anexo: Laureados de los Premios Nobel por país
Anexo: Países por el gasto en investigación y desarrollo I+D
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