Marzo es el mes de la mujer, y por ello vamos hablar de una de las enfermedades con mayor impacto para nosotras: el cáncer de mama.
El cáncer de mama es la neoplasia maligna más frecuente en mujeres en todo el mundo y es curable en aproximadamente el 70 a 80% de las pacientes con enfermedad no-metastásica (es decir, cuando aún no se esparce a otras partes del cuerpo) en etapa temprana, mientras que si se encuentra en etapa avanzada con metástasis en órganos distantes se considera incurable con las terapias actuales.
De acuerdo con los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud en el año 2021:
- El cáncer de mama es el tipo de cáncer más común, con más de 2.2 millones de casos en 2020.
- Una de cada 12 mujeres tienden a enfermar de cáncer de mama a lo largo de su vida.
- El cáncer de mama es la principal causa de mortalidad en las mujeres. En 2020, alrededor de 685 000 mujeres fallecieron como consecuencia de esa enfermedad.
- La mayoría de los casos de cáncer de mama y de las muertes por esa enfermedad se registran en países de ingresos bajos y medianos. La supervivencia al cáncer de mama en los primeros cinco años excede del 90% en países occidentales, mientras que en la India y Sudáfrica es del 66% y el 40%, respectivamente.
Como mujer, resulta alarmante saber que cada trece minutos muere una mujer a causa de cáncer de mama.
Pero ¿qué es el cáncer de mama?
A nivel molecular, el cáncer de mama es una enfermedad heterogénea. Las características moleculares incluyen la activación del Receptor 2 del Factor de Crecimiento Epidérmico Humano (HER2, codificado por el gen ERBB2), la activación de receptores hormonales (receptor de estrógeno y receptor de progesterona) y/o mutaciones en los genes BRCA1, BRCA2 y PALB-2. En función de estas características, los médicos toman la decisión del tratamiento. Dentro de las terapias empleadas están las de abordajes locorregionales (que incluyen cirugía y radioterapia) y de terapia sistémica (siendo la quimioterapia la más común).
El cáncer de mama puede comenzar en distintas partes de la mama. Las mamas constan de tres partes principales: lobulillos, conductos y tejido conectivo. Los lobulillos son las glándulas que producen leche. Los conductos son los tubos que transportan la leche al pezón. El tejido conectivo (formado por tejido fibroso y grasa) rodea y sostiene todas las partes de la mama. La mayoría de los cánceres de mama comienzan en los conductos o en los lobulillos (Figura 1).

Por otro lado, conviene saber qué factores aumentan el riesgo de cáncer de mama, estos incluyen:
- La edad avanzada (>50 años).
- Mutaciones genéticas.
- Haber iniciado los periodos menstruales a temprana edad.
- Tener senos densos.
- Antecedentes familiares de cáncer de mama o de ovario.
- Tratamiento previo con radioterapia.
- Nunca tener hijos.
- Tener más de 30 años en el primer embarazo a término.
- Uso de terapia de reemplazo hormonal posmenopáusica combinada.
- Falta de actividad física.
- Beber alcohol.
Así mismo es sumamente importante identificar los síntomas del cáncer de mama, que son los siguientes:
- Presencia de un nódulo o engrosamiento en el seno.
- La alteración en el tamaño, forma o aspecto de un seno.
- Aparición de hoyuelos, enrojecimiento, grietas u otra alteración en la piel.
- Cambio de aspecto del pezón o la alteración en la piel circundante (areola).
- Secreción anormal del pezón.
- Piel de naranja (aumento del volumen, hoyuelos y/o engrosamiento de la piel del seno).
Por último, es muy importante revisar las mamas constantemente (de preferencia inmediatamente después del periodo menstrual) y tratar de llevar una vida saludable, aunque muchas veces es complicado por el ritmo de vida, dedicar un momento a nuestra salud siempre será un tiempo valioso y que, como sabemos ya, nos puede ayudar a prevenir o identificar enfermedades de gran impacto, como lo es en este caso, el cáncer de mama. Comparte, manténte alerta siempre y como bien dice el lema del 19 de octubre – Día del cáncer de mama: ¡Tócate!
¿Quieres saber más?
Harbeck, N., et al. (2019), “Breast cancer“, Nat Rev Dis Primers, 5, 66.
You and Breast Cancer (2018), “Understanding Breast Cancer“.
Soy chiapaneca de nacimiento pero resido en CDMX, ciudad que me ha permitido lograr muchos objetivos profesionales y personales. Estudié ingeniería bioquímica pero siempre tuve interés en el área farmacéutica, por lo que realicé la Maestría en Farmacología en el IPN y el Doctorado en Neurofarmacología en el Cinvestav. Actualmente me encuentro en una estancia posdoctoral en el IFC-Neurociencias de la UNAM, siguiendo con la exploración de un área que me fascina, la memoria, a través de manipulaciones farmacológicas y optogenéticas.
Pocas cosas me hacen tan feliz como estar dentro del laboratorio. Amo hacer ciencia, la idea de poder aportar conocimiento nuevo, me impulsa y motiva cada día. Claro, siempre acompañada de una taza de café, un buen chocolate y música de fondo.