Muerto el perro, ¿se acabó la rabia?

5
(2)

Hay refranes que forman parte de nuestra cultura y que son transmitidos de generación en generación. Sin embargo, muchos de ellos no deberían ser tomados de manera literal. Porque, aunque el refrán “Muerto el perro se acabó la rabia” nos señala que una vez que una causa es erradicada, también lo son sus efectos, en el área de ecología de enfermedades esto deja de cobrar sentido. La ecología de enfermedades es una subdisciplina de la ecología que se encarga de estudiar cómo las interacciones entre las especies y los componentes abióticos del medio ambiente afectan los patrones y procesos de las enfermedades. La mayoría de las enfermedades estudiadas bajo este enfoque son las infecciosas; es decir, aquellas que son transmitidas, como la rabia. 

La rabia es una enfermedad provocada por un virus de la familia Rhabdoviridae y es transmitida a través de la mordedura o el contacto directo de mucosas o heridas con saliva del animal infectado. Muchos mamíferos como los perros, humanos y murciélagos son susceptibles a esta enfermedad. La mejor manera de prevenir la enfermedad es a través de la vacunación preventiva en humanos y animales. Existen diversos tipos de vacunas, incluidas algunas basadas en el uso de ARN mensajero que se encuentra en estudio. En general, el virus de la rabia circula en poblaciones urbanas de perros que no tienen dueño y, por ende, es probable que no estén vacunados. Así que, aunque un perro muera, el virus sigue presente en los otros perros que actúan como reservorios. 

Un reservorio es un huésped, generalmente un vertebrado, que alberga al agente causal de la enfermedad (por ejemplo, un virus, una bacteria, un hongo). Dentro del reservorio, el agente causal puede multiplicarse para que sea transmitido de forma directa o indirecta a través de un vector (por ejemplo, un mosquito, una garrapata o una pulga). Cuando un huésped infectado muere, por lo general los vectores y los agentes causales también mueren. Pero no siempre la historia termina así. La pandemia actual que estamos viviendo no ha sido la primera, ni será la última, desafortunadamente. 

En la edad media se produjo una pandemia famosa conocida como La Peste Negra a causa de una enfermedad conocida como la peste bubónica. En esta enfermedad, el agente causal es una bacteria llamada Yersinia pestis, el vector son las pulgas y los reservorios son las ratas negras. La transmisión ocurre cuando la pulga se alimenta de la sangre de un huésped infectado, las bacterias bloquean el tracto digestivo de la pulga y la pulga al sentirse desesperada por alimentarse comienza a picar a otros huéspedes distintos de los roedores, por ejemplo, humanos. En el sitio donde la pulga pica, se forman bubones que son los linfonodos inflamados (los famosos “ganglios linfáticos), de ahí proviene el nombre de la enfermedad. Si la infección por la bacteria llega a sitios como los pulmones, la enfermedad se denomina peste neumónica y las bacterias pueden salir expulsadas en las gotas de saliva. De esta manera, similar a lo que vivimos con la COVID-19, es como mucha gente se enfermó y murió en Europa. 

Roque - Wikipedia, la enciclopedia libre
Representación de San Roque, santo de la iglesia católica que suele ser representado con bubones en su pierna ya que padeció de peste.

Hoy en día los casos de peste son pocos y son considerados de notificación obligatoria ante los ministerios de salud. Además, la búsqueda constante de la bacteria en roedores distintos a las ratas negras es esencial en el entendimiento sobre la ecología de la enfermedad. También se suele realizar la búsqueda de la bacteria, a través de su ADN, en pulgas colectadas sobre reservorios distintos a las ratas negras. A la mala tuvimos que aprender que, muerta la rata negra, no se terminó la peste. 

Toma de muestras de Xerospermophilus spilosoma. Sonora, México. Fotografía: Auricularium.

¿Quieres saber más?

Herrera-Mares, A., et al. (2022), “Automóviles, tráfico y la ecología de enfermedades“, Boletín de la Sociedad Científica Mexicana de Ecología, 2 (2): 11-19. 

Fernández-González, A., et al. (2016), “Molecular survey of Bartonella species and Yersinia pestis in rodent fleas (Siphonaptera) from Chihuahua, Mexico“, J. Med. Entomol., 53 (1): 199-205.

Un estudio para evaluar la seguridad, la reactogenicidad y la respuesta inmunitaria de la vacuna candidata de ARNm contra la rabia de CureVac en adultos sanos

¿Te ha gustado este artículo?

¡Haz clic en una estrella para puntuar!

Promedio de puntuación 5 / 5. Recuento de votos: 2

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este artículo.

Ya que has encontrado útil este artículo...

¡Compártelo con tus amigues!

Siento que este artículo no te haya gustado...

¡Déjame mejorar este artículo!

Dime, ¿Cómo puedo mejorar este artículo?

Autor

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio
Ir al contenido