Desde que somos pequeños hemos escuchado hablar de los parásitos, pero ¿qué son los parásitos? ¿cómo los adquirimos? ¿por qué nos enferman?
El parasitismo es un tipo de relación entre organismos de diferentes especies en la cual uno se beneficia (parásito) y otro sale perjudicado (huésped), por ejemplo, los piojos que llegan a infectar a nuestras mascotas (e incluso a nosotros mismos), en donde ellos reciben un lugar en donde vivir, como si fuera un hotel de lujo, y a nuestras mascotas o a nosotros solo nos ocasionan problemas de salud.
Los parásitos son organismos muy complejos y antiguos, más de lo que creemos. Ellos han evolucionado y prosperado junto con nosotros gracias a nuestros comportamientos, a nuestros hábitos alimenticios, a la manera en que vivimos, a nuestras condiciones ambientales, a las diversas culturas, etc. De hecho, algunos de estos parásitos han estado presentes antes de la existencia de los seres humanos, esto se sabe por el descubrimiento de heces fosilizadas, conocidas como coprolitos, en las cuales se han encontrado restos de parásitos. Gracias a este tipo de fósiles sabemos de algunos hábitos de alimentación de los dinosaurios.
Actualmente, el índice de enfermedades parasitarias ha disminuido considerablemente a nivel mundial. Sin embargo, estos siguen ocasionando graves problemas de salud, principalmente en países en vías de desarrollo, mermando la calidad de vida de quienes las padecen; aunque la mayoría de estas infecciones y su gravedad clínica dependen del estado inmunitario del huésped.
Por otro lado, solemos asociar a las enfermedades parasitarias con términos como: diarreas, problemas intestinales, mala higiene, suciedad, pobreza, etc. Sin embargo, aunque sí son los más frecuentes, también podemos encontrar parásitos que ocasionan una gran variedad de enfermedades y algunas de ellas pueden ser transmitidas por vectores (como chinches, moscas o mosquitos), que pocas veces lo creeríamos. Por ejemplo, Onchocerca volvulus, el cual es un parásito transmitido por la “mosca negra” (género Simulium) puede llegar a provocar ceguera. Esta enfermedad es conocida como la ceguera de los ríos. Leishmania spp es un parásito transmitido por una mosca (género Lutzomyia o flobotómo) que en casos graves provoca hepatoesplenomegalia e incluso la muerte. En México, en la mayoría de los casos registrados la enfermedad es autolimitante y es conocida como la úlcera del chiclero.
Otro parásito de importancia es Trypanosoma cruzi, el cual es el agente causal de la enfermedad conocida como Chagas, enfermedad crónica transmitida por la orina o las heces de insectos triatominos o “chinches besuconas” (nombre que se les da porque suelen picar cerca de la boca), este parásito puede alojarse en los músculos cardíacos y ocasionar arritmias, insuficiencias cardíacas e incluso la muerte.

Podríamos continuar hablando de muchos más parásitos extraños que de manera errática llegan a infectar al ser humano o a nuestras mascotas, debido a la manera en que actualmente vivimos y convivimos con el entorno.
En definitiva, el estudio de los parásitos y las enfermedades que estos causan han sido un sector desatendido, ya que se cree que solo afecta a la gente pobre; sin embargo, hoy en día y gracias a los avances científicos conocemos más acerca de este tema y existe una gran cantidad de científicos generando conocimiento para comprender a estos organismos.
¿Quieres saber más?
Rodríguez Diego, J. G., et al. (2009). “Evolution of parasites: general considerations“, Revista de Salud Animal, 31(1): 13-17.
Perry GH (2014), “Parasites and human evolution“, Evol Anthropol., 23(6): 218-28.
¡Hola! Soy Rocío, soy Químico Bacteriólogo Parasitólogo, Dra. en Ciencias Químicas-Biológicas, egresada de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN, orgullosamente mexicana. Desde muy pequeña me interesé en las preguntas ¿por qué nos enfermamos? ¿qué nos enferma? ¿cómo nos curamos? y decidí investigar… pero hasta hoy en día continúo aprendiendo sobre estas interrogantes.
Cuando entré a la preparatoria (en la que estudié técnico laboratorista clínico) descubrí la parasitología. Recuerdo que, al estar haciendo las primeras tareas de esa materia, las imágenes que buscaba en internet eran impactantes, solo basta buscar “niño con áscaris” para darse cuenta y desde ese momento mi interés y mi pasión por saber sobre los parásitos creció.
Al concluir la licenciatura, decidí especializarme en esa rama y durante más de 12 años me he dedicado a la búsqueda de nuevos fármacos con posible actividad antiparasitaria (porque aunque sean de las enfermedades más olvidadas por todo el mundo, son de las que aún afectan a gran parte de la población mundial), pero no crean que con decir parásito me la vivo analizando popos, ¡¡¡noooo!!! Existen muchos más tipos de parásitos que ni nos imaginamos y que podemos encontrar en los lugares menos pensados..