La ciencia del consumo

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Fig 1.  La ciencia del consumo
Biomoléculas saludables. Créditos: Saluim.

¿Te has puesto pensar cuánto gastas al mes? ¿Cómo te organizas para ir de compras al súper? Un sábado por la mañana decidí ir al supermercado para preparar la cena familiar. Durante la semana vi las ofertas y rebajas que pudiera encontrar y aprovechar para ahorrar un poco más. Llegué al supermercado, tomé mi canasta para ir por frutas y verduras; elegí mis compras para la receta a seguir. Me tomó al rededor de veinte minutos y se me ocurrió seleccionar algunos ingredientes para el pastel de la abuela. «Espero que le guste» me dije, mientras esperaba en la fila para pagar finalmente las compras.

En el día a día estamos inmersos en infinidad de estímulos que captan nuestros sentidos (vista, tacto, olfato, gusto, oído) y en función de ellos tomamos decisiones y elecciones en la vida. Conscientes o inconscientes de nuestras decisiones cuando elegimos un producto en el supermercado, en este caso tu fruta favorita, el pan de dulce, el pollo o carne de la semana y uno que otro antojo del momento, puede estar estimulado por tradición, costumbre, gusto o por economizar.

La alimentación no solamente es deleite del gusto sino también de razones cableadas por nuestros cerebros. El cerebro realiza un procesamiento multisensorial reconociendo sabores, aromas, texturas y colores que sean más atractivos para elegir un alimento. Para la industria alimenticia conocer el funcionamiento del cerebro humano les permite crear alimentos y estrategias de mercado cada vez más sofisticadas que atraigan a los consumidores.

¿Es posible integrar el proceso de elaboración del alimento, su presentación y campaña de publicidad? Claro que sí. Las empresas cada vez dedican más tiempo y dinero a conocer cuál es la preferencia del consumidor. Cabe decir que no somos 100% racionales al momento de adquirir un producto o realizar una compra; emociones y deseos atraviesan un proceso de evaluación consciente e inconsciente para tomar el producto del estante. 

Un ejemplo de lo anterior es el caso de un estudio realizado para conocer el efecto de la publicidad de los alimentos anunciados en la televisión a diferentes sectores de la sociedad. Los investigadores llegaron a la conclusión de que los niños de edades preescolar y escolar son los grupos con mayor exposición, mientras que en los adultos que veían la televisión más de dos horas al día, la publicidad tomaba mayor relevancia en sus decisiones de consumo. En los niños, un sector vulnerable y en etapa de desarrollo, se recomendó la importancia de implementar programas de nutrición desde edades tempranas y concientizar a los padres de familia sobre una alimentación saludable.

¿Qué hay del rechazo, la escasez de productos, la tentación o la sobreestimulación de novedades? Un artículo publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos describe que la tecnología de alimentos y el marketing se encarga de evaluar continuamente este comportamiento del consumidor para ofrecer alternativas que tengan mayor demanda e incluso exista una mayor publicidad o acercamiento de ciertos productos.

El conocer los mecanismos y estrategias que la industria alimentaria nos ofrece, nos permite ser consumidores responsables y conocedores al momento de adquirir un producto. Al conocer nuestros hábitos de consumo, construimos una sociedad más sagaz en todos sus frentes en los cuales, por supuesto, la ética nutricional jamás debe estar ausente. Para ello, la ética nutricional se entiende como la responsabilidad que tiene el profesional de la nutrición en comunicar información basada en evidencia científica hacia el público, pacientes y consumidores. La información difundida debe generar una mejoría en hábitos de alimentación y estilos de vida desde el respeto, integridad y compasión sin caer en la desinformación o temor.

Es importante identificar si la publicidad difundida de un producto alimenticio considera la ética nutricional para promover y respetar los derechos e intereses del consumidor. En el caso de México, esto lo estipula la Ley Federal del Consumidor y la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), que regula las relaciones comerciales equitativas para la construcción de una cultura del consumidor, protegiendo y garantizando un consumo razonable, informado y seguro. ¿Conoces la regulación en tu país? 

Por lo anterior, algunos aspectos a considerar al seleccionar un producto la siguiente vez que vayas al supermercado son:

  • Observa tus decisiones al momento de comprar un producto y evalúa si es un alimento nutritivo al leer la etiqueta nutrimental y los sellos del etiquetado frontal (si están disponibles en tu país).
  • Reflexiona que tanto influye la publicidad en el producto que adquieres. Toma decisiones que beneficien mayormente a tu salud. 
  • Si desconoces o no tienes idea de qué alimentos son saludables y cuales no, te recomiendo acudir con un profesional de la salud. Infórmate. 
  • La Procuraduría Federal del Consumidor publica artículos mensualmente para dar a conocer la evaluación de productos en el mercado en sus redes sociales.

Estar bien informado y consciente de las decisiones que tomas para adquirir un producto también puede verse reflejado en tu conducta financiera y probablemente te ayuda a generar ajustes en hábitos de ahorro a corto y largo plazo.

La alimentación es una actividad básica del ser humano que permite la nutrición y desarrollo. El saber administrar el consumo de productos alimenticios es útil para no solo cuidar de nuestra salud y también nuestra economía. 

Agradecimientos

Agradezco a RoCaSoGui y a Rocío por revisar el texto y realizar las correcciones oportunas.

¿Quieres saber más?

Martinho, VJPD (2020), «Food Marketing as a Special Ingredient in Consumer Choices: The Main Insights from Existing Literature«, Foods, 9 (11):1651.

Fros Campelo, F (2018), «El cerebro del consumo: ¿Qué nos venden y por qué compramos?«, Ediciones B.

Kaliman P. (2014), «Cocina para tu mente: Una fusión de neurociencia, alimentos y recetas para proteger la salud del cerebro«, Editorial Blumert

Spence, C. (2012), «Book Review: ‘Neurogastronomy: how the brain creates flavor and why it matters’ by Gordon M. Shepherd«, Flavour.

Ley Federal de Protección del Consumidor 

Procuraduría Federal del Consumidor 

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Autor

  • Saluim

    Ingeniera Química, Maestría en Ciencias del Consumo especialidad en Tecnología de Alimentos y actualmente me encuentro estudiando el Doctorado en Educación, Artes y Humanidades. Me he desempeñado como maestra en educación primaria divulgando las ciencias, en preparatoria en clases como Biología, Nutrición, Herramientas para la salud y Ciencias de la salud. En licenciatura he impartido clases de Análisis de alimentos y microbiología de alimentos. Exploradora, polímata, caminante en constante aprendizaje. Ingenio por la química, admiración por la naturaleza y animales. Encanto por la música, danza y la lectura de poesía.

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