Valentina Pavlovna: Cuando se omite a una estrella

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Seguramente alguna vez en la vida has escuchado hablar de María Sabina y de su colaboración con Robert Wasson o de las grandes contribuciones de Wasson a la micología, por las que se le considera el padre de la Etnomicología (rama de la Etnobiología que estudia el conocimiento y tradiciones en relación a los hongos y el ser humano) y de sus estudios de especies enteógenas, las que al ser ingeridas proporcionan una experiencia divina. Esta es la historia que comúnmente escuchamos, sin embargo, Wasson nunca estuvo solo, siempre tuvo una compañera cuyo nombre es usualmente ignorado. 

Antes de comenzar con esta historia, recapitulemos un poco. El nombre de esta misteriosa compañera fue Valentina Pavlovna. Ella nació en Moscú en 1901 y debido a la Revolución Rusa emigró a los Estados Unidos junto con su familia. Valentina obtuvo el título de médico por la Universidad de Londres y se dedicaba a la pediatría e investigaciones sobre sinusitis y fiebre reumática en niños. 

En 1926 Valentina se casó con Robert Gordon Wasson y podríamos decir que esta relación involucró una cultura micófila y otra micófoba. Durante su viaje de luna de miel, Valentina paseando por los bosques de Catskills dejó a su esposo plantado en el camino para aventurarse a buscar setas. Wasson, espantado, le advirtió que “no tocara esos seres repugnantes y nauseabundos”, negándose incluso a ingerirlos. Gracias a ello Valentina se propuso enseñar a Wasson sobre los hongos y emprendieron un viaje al reino Fungi.

Unos años más tarde, en 1952, Robert Graves le envió un recorte de prensa a Wasson en el que se mencionaban dos escritos de Richard Evans Schultes. En dichos escritos del siglo XVI, los frailes españoles que llegaron a México hablaban de la existencia de un culto a los hongos, el cual solía ser practicado por los indígenas. Richard Shultes posteriormente identificó este hongo como Panaeolus campanulatus var. Sphinctrinus, siendo conocido por los aztecas con el nombre de Teonanácatl. Después de leer este artículo Wasson y Valentina decidieron visitar la aldea Huautla de Jiménez, situada en el estado de Oaxaca, y observar el ritual que realizaban los indígenas mazatecos con estos hongos

Debido a la gran pasión y amor que Valentina tenía por los hongos desde su niñez en Rusia, desarrolló una pasión profesional por los hongos enteógenos, realizando distintas contribuciones importantes que los popularizaron en el mundo occidental. En su libro Mushrooms Russia And History relata su encuentro con María Sabina y los rituales realizados en la comunidad de Huautla de Jiménez, llevándola a pensar que estos hongos podrían ser utilizados con fines terapéuticos.

Fig 1. Valentina Pavlovna: Cuando se omite a una estrella
Portada del libro Mushrooms Russia and History escrito por Valentina.

Se menciona que fue ella misma quien lideró varias de las expediciones en la comunidad mazateca. A partir de la primera expedición, se dio inicio a las investigaciones de estos hongos y la importancia que presentan dentro de las comunidades indígenas. Incluso tomaron muestras de la esporada de los hongos y se las entregaron a Albert Hoffman, quien descubrió y describió el compuesto activo presente, la psilocibina.

Fig 2. Valentina Pavlovna: Cuando se omite a una estrella
Valentina Pavlovna Wasson junto a Robert Gordon Wasson.

Es importante recalcar que Wasson no estuvo solo durante su viaje de investigación y que sus aportaciones al inicio de la etnomicología se deben a la pasión que Valentina inculcó a su amado esposo respecto a los hongos. Así que es preciso destacar que cuando hablemos de la revolución psicotrópica y la gran historia de Wasson, Valentina no sea solo una acompañante. Sus investigaciones y observaciones van más allá de apoyar a su esposo. 

Valentina es un símbolo de pasión y enseñanza, debería ser mencionada como la científica que fue y no solo como una esposa amada alimentando la pasión de su esposo. Aunque también es imposible que hablemos de Valentina Pavlovna sin Wasson porque ambos se alimentaron del otro, como una relación simbiótica. El nombre Valentina Pavlovna Wasson debería lucir más cuando se habla de los inicios de la etnomicología y estudios de hongos enteógenos en México.

¡Que vivan los hongos! ¡Que vivan las mujeres que han contribuido a su estudio! ¡Y que viva Valentina Pavlovna!

Agradecimientos

Agradezco a Batichica y a Sensu Lato por haber revisado el borrador de esta entrada y sus oportunos comentarios.

¿Quieres saber más? 

Illana, C. (2007), «Robert Gordon Wasson: a pionero de la etnomicología«, Bol. Soc. Micol., Madrid, 31: 273-277. 

Vogt, E. Z. (1958), “Mushrooms, Russia and History. Valentina Pavlovna Wasson and R. Gordon Wasson«, American Antiquity, 24 (1): 85–86.

Ott, J. (1981), «The Wondrous Mushroom: Mycolatry in Mesoamerica«, Journal of Psychoactive Drugs, 13 (1): 101-104.

Wasson, R. G. (1963), «THE HALLUCINOGENIC MUSHROOMS OF MEXICO AND PSILOCYBIN: A BIBLIOGRAPHY (Second printing, with corrections and addenda)«, Botanical Museum Leaflets, Harvard University, 20 (2a): 25–73c. 

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