En el mundo de la ciencia, la producción de conocimiento y su comunicación son de los principales objetivos. Para lograrlo, los científicos pasan la mayor parte de su tiempo observado, leyendo, realizando experimentos, pensando y escribiendo. Sin embargo, para las mujeres que son científicas y también madres, estos objetivos se entrelazan con desafíos adicionales igualmente exigentes, pero a menudo menos reconocidos.
Desde combatir los estereotipos de género hasta equilibrar el trabajo con el cuidado de los hijos, estas mujeres enfrentan una montaña rusa emocional al manejar dos de los roles más exigentes de la sociedad moderna, la ciencia y la maternidad. Es por ello que en este artículo exploramos las dificultades percibidas por madres científicas mexicanas en el desempeño de su trabajo. Con ese propósito, realizamos una breve encuesta en la que obtuvimos 117 respuestas del grupo de “Mexicanas en las ciencias” de Facebook y a partir de las cuales obtuvimos datos que se presentan a continuación.
Información general
Nuestras amables madres científicas encuestadas se distribuyen principalmente entre los 30 y 50 años (Figura 1, a). Es notable la escasez de científicas jóvenes menores a 30 años, que en esta muestra representan tan solo un 2.6% total. Este patrón puede explicarse por diversas razones. Nosotros consideramos que durante los años de formación académica no es conveniente tener hijos a temprana edad. Aquellas jóvenes que tienen hijos pronto probablemente tengan más dificultades para ingresar en el mundo científico. O bien, algunas optan por postergar la maternidad hasta que las condiciones laborales y económicas sean más estables. En la figura 2 puede observarse que la mayoría tiene hijos pequeños, lo que refuerza esta idea.
Nuestra segunda y cuarta gráfica (Figura 1, b y Figura 2) respalda estas ideas, porque la mayoría de las encuestadas tienen un doctorado. Para tener un doctorado se requiere al menos de tres años de estudios posteriores a la licenciatura en la modalidad directa o bien, como es más común, dos años de maestría y cuatro de doctorado, siempre y cuando no haya imprevistos. La demanda académica durante este periodo limita otras actividades del desarrollo humano, incluyendo la maternidad.
En cuanto al número de hijos, poco más de la mitad tiene uno y raras veces 3 (Figura 1, c). Cualquier persona con hijos sabe que, para su salud y bienestar, estos requieren una gran cantidad de recursos, tiempo, atención y energía 24 horas, 365 días, sin importar el cansancio, sueño, estado de ánimo u ocupaciones. Pero, cuando se tienen dos hijos está demanda se multiplica. Un número de hijos reducido facilita su cuidado y atención, permitiendo a las madres con apoyo desenvolverse en otros ámbitos, como la investigación científica.
Apoyos
Dada la exigencia que implica la maternidad, un desarrollo profesional demandante, como el científico, solo puede alcanzarse con ayuda del entorno social y familiar. Es entonces cuando el entorno familiar, social y de trabajo adquiere un peso relevante para que las madres científicas puedan equilibrar sus roles de científicas y madres.
La gran mayoría de las científicas encuestadas (98%, Figura 3, a) considera que los programas de apoyo en sus sitios de estudio o de trabajo son insuficientes o inadecuados. En estos lugares no suele haber áreas de cuidado infantil y solo recientemente se comenzaron a colocar cambiadores de bebé en algunas instituciones. Esta situación genera un estrés continuo para las madres científicas, quienes a menudo experimentan sentimientos de culpa y angustia al no poder brindar toda la atención que requieren sus hijos, y la falta de apoyos dificulta esta tarea. Sin embargo, la mayoría de las encuestadas cuentan con flexibilidad de horarios o licencias de maternidad, y las mentorías para científicas desempeñan un papel relevante al proporcionar orientación y acompañamiento para enfrentar los desafíos en sus carreras y en la maternidad.
En contraste, un abrumador 85% (Figura 3, b) percibe que el apoyo de sus seres queridos cercanos ha sido fundamental para conciliar su vida científica y su maternidad. Aquí cabe reconocer el trabajo de cuidado que realizan los padres involucrados en la crianza de sus hijos, las abuelas, hermanas, suegras y amigas cercanas entre otros. Estas redes de apoyo otorgan a la madre científica la confianza de que sus hijos están seguros y cuidados mientras ellas desempeñan su labor profesional. Al comparar ambas gráficas podemos concluir que, en México, el apoyo familiar es la principal ayuda para que estas mujeres se desarrollen profesionalmente, superando por mucho el apoyo gubernamental y del lugar de trabajo.
Percepción de la maternidad en la ciencia
Nuestras científicas encuestadas perciben una visión negativa de las madres científicas con respecto a sus contrapartes masculinas, y la mayoría considera que los estereotipos de género son parcialmente responsables de esta percepción (Figura 4, a y b). Profundizar sobre los estereotipos de la maternidad es materia para otro artículo completo. A pesar de ello queremos destacar las características de cuidadoras y sacrificadas incansables que se atribuyen el rol de la maternidad. Se suele esperar que las madres sacrifiquen su tiempo, profesión, energía, descanso e incluso su salud en aras de velar por sus hijos. Bajo esta perspectiva, parece que la demanda académica de la ciencia no tiene cabida.
En la Figura 4 c, se observa que el 62% de las encuestadas percibe la maternidad como un obstáculo para su progreso profesional. Aquí nos gustaría enfatizar que no se trata de una carga para las madres científicas, sino de una serie de retos y desafíos que deben enfrentar junto con su desarrollo profesional. Si bien es cierto que en términos generales es difícil progresar en la ciencia teniendo hijos, no es imposible. Si quieres leer un poco más sobre científicas famosas que fueron madres y los desafíos que enfrentan en sus vidas, te recomendamos revisar las siguientes entradas de La BioZona: Vera Rubin: Entre la ciencia y la maternidad; Lynn Margulis: Desafiando paradigmas; Mileva Marić: La otra cara de la relatividad; y Reseña del libro “Marie Curie” de Adela Muñoz Páez.
Lamentablemente, el 44% de las encuestadas menciona haber enfrentado discriminación en sus lugares de estudio o trabajo (Figura 4 d). Esta puede manifestarse como comentarios, burlas, aislamiento, falta de apoyo o exclusión, entre otras formas. Acompañado a esta información, la gráfica de la figura 4 muestra que la mayoría también contestó con un “sí” (88%) cuando se les cuestionó si han sentido que su participación en proyectos de investigación, conferencias o congresos han sido afectados por su rol de madre.
En esta cuestión, desde una perspectiva personal, todo esto puede dar la sensación de que el trabajo propio es inferior en comparación con el de un equivalente varón y puede tomar un tiempo prolongado reconocer las pequeñas acciones discriminatorias a las que estamos expuestas. Por tanto, el porcentaje de mujeres que sufre discriminación puede ser mayor, y es alarmante. Tener empatía y reconocer la doble labor que realizan estas mujeres es un primer paso para mejorar sus condiciones de desarrollo así como disminuir las situaciones discriminatorias por las que pasan.
Camino al futuro
Aún queda mucho por hacer. Por ejemplo, las mujeres debemos de seguir presionando a las distintas instituciones para promover la implementación de programas de apoyo a las madres científicas. Como sociedad, debemos evitar emitir juicios de valor en contra de las mujeres que se dedican a la ciencia, incluso si no se ajustan a los estereotipos asociados a la maternidad. Dentro de la comunidad científica, se debería fomentar los grupos de mentorías y apoyo ya existentes en las instituciones. Además, es tarea de todos estar atentos para reconocer cuando nosotros o alguien cercano realiza acciones de discriminación y brindar apoyo a las víctimas.
Abajo te dejamos una serie de enlaces de páginas de distintos grupos de apoyo.
Finalmente es crucial reconocer la labor de las madres en la ciencia y los desafíos que enfrentan continuamente. Las madres científicas continúan haciendo contribuciones significativas a la investigación y al avance del conocimiento. Su perseverancia y dedicación son fundamentales para construir un futuro más igualitario y próspero. Así mismo, ellas son modelos a seguir para las futuras generaciones de investigadoras y madres.
Agradecimientos
Agradecemos a las revisoras de este manuscrito, La Matemaga y Saluim; a nuestros colegas de La BioZona que elaboraron la encuesta y a las madres científicas que amablemente la respondieron.
A mis amados hijos Lian y Luz por enriquecer nuestra vida científica.
¿Quieres saber más?
Ciencia y maternidad: la otra brecha
Ciencia y maternidad: los retos de esta investigadora Tec y mamá de 4
Grupos de apoyo
Apoyo a madres jefas de familia, CONAHCYT (México)
Mentoras en la ciencia, British Council (Internacional)
Premio a las mujeres en la ciencia, COMECSO (México)
Beca para mujeres en inicio profesional en la ciencia, OWSD, UNESCO (Internacional)
Beca y premio mujeres en la ciencia, L’Oréal-UNESCO-Academia Mexicana de CIencias 2024 (México)
Subversión apoyo a mujeres en la ciencia, ICFO (Internacional)
Mujeres en STEAM, futuras líderas (México)
Programa de mentorías mujeres en la ciencia, UCUENCA (Chile)
Red de mujeres indígenas en la ciencia, REDMIC (México)
Premio «Científicas que cuentan» (Argentina)
