Todos hemos escuchado sobre la polinización. Al pensar en ella, generalmente llegan a nuestra mente imágenes de abejas, mariposas y flores de lavanda. Sin embargo, la polinización no es un proceso sencillo y los polinizadores no son siempre los que imaginamos.
Simplificando, la polinización es la transferencia de polen desde la parte masculina de una flor, hasta la parte femenina de la misma u otra flor. Se trata de un proceso esencial para el mantenimiento de los ecosistemas y la diversidad genética de las plantas con flor, además de ser indispensable para la producción de frutos y derivados vegetales importantes para nuestra vida cotidiana. Esta transmisión del polen puede estar dada por viento, agua o por animales, aproximadamente un 75% de las flores se han adaptado a ser polinizadas por este último grupo, lo que se conoce como polinización zoogama.
Las plantas se adaptan a ser polinizadas por un determinado grupo de animales, dando como resultado la adaptación de la forma de la flor a dicho grupo, este fenómeno es conocido como síndrome de polinización. Las adaptaciones de las flores a su polinizador consisten en la forma, tamaño, color, néctar, aroma, entre otras. Algunos de los animales que pueden polinizar son los murciélagos, aves, insectos o los mamíferos no voladores, es decir, roedores y pequeños marsupiales. Las flores, a las cuales polinizan estos mamíferos no voladores, tienen adaptaciones cómo crecimiento a nivel de piso, flores muy abiertas, en forma de cuenca, tallos cortos, estructuras estables, mucho polen, aroma similar a nuez o mantequilla, coloración marrón o verde oscura y época de floración donde escasean otros recursos (invierno). Se han descrito alrededor de 100 especies de plantas visitadas por estos pequeños mamíferos.
Cada vez que vemos un ratón, es muy común asociarlo con plagas y transmisión de enfermedades. Sin embargo, esto se trata de uno de los mitos y prejuicios que se ha construido en torno a estos maravillosos mamíferos. Es una realidad que los ratones domésticos y las ratas (Mus musculus, Rattus rattus y Rattus norvegicus) son especies introducidas, originarias de Europa, y son portadoras de una gran cantidad de enfermedades; pero estas tres especies de roedores no son las únicas, se sabe que existen más de 2000 especies de roedores silvestres, lo que los convierte en el grupo de mamíferos más diverso. Esta diversidad en ratones silvestres implica una gran variedad de roles ecológicos como el control de poblaciones de insectos, la dispersión de semillas o, incluso, llegan a ser polinizadores.
Rattus rattus, Rata común. Foto: Heidi Snell, CDF.
Peromyscus felipensis. Especie de ratón silvestre.
Si bien la polinización por estos animales no es tan común como la polinización por insectos o aves, sí ocurre y se tienen casos bien documentados. Los biólogos observan este comportamiento directamente en campo, recolectando estos roedores y contando los granos de polen alrededor de su boca. También se estudia con experimentos, colocando a los ratones en cautividad y ubicando una flor cerca para ver bajo condiciones controladas, si el ratón tiene interés y se alimenta del néctar floral, por ejemplo:
Un grupo de científicos en Sudáfrica en el 2009 estudió el caso del ratón de Verreaux, de nombre científico Myomyscus verreauxii. Se observó que mantiene una fuerte relación con la flor de Protea nana, contabilizando hasta 361 granos de polen por individuo en su nariz, el cual es transportado de flor en flor para poder completar el ciclo de vida de la planta.
El ratón Myomyscus verreauxii alimentándose del néctar de Protea nana. Biccard, A. & Midgley, J. J. (2009).
Otro caso estudiado en el mismo año es con la planta Whiteheadia bifolia, que se distribuye en África del sur y el sureste de Namibia. Durante este estudio, se observó al ratón Aethomys namaquensi visitando la planta entre las 11 p.m. y las 2 a.m., se registró que un solo individuo puede visitar más de 25 flores en una noche. El área cubierta de polen alrededor del hocico de los roedores hace contacto con otras flores y se completa la polinización; los ratones solo lamen el néctar, pero no se alimentaron directamente del polen, se registra incluso que los ratones no comen, dañan o destruyen las flores. Al estudiar esta especie no se observó ningún otro polinizador cercano. Se contaron hasta 1000 granos de polen en los ratones. El tiempo de floración de esta planta es de mediados de julio hasta mediados de agosto. En esta flor no se han observado ningún tipo de insecto o ave, lo que sugiere que únicamente es polinizada por el ratón, siendo una muestra directa de la relación tan fuerte entre un polinizador y su flor.
Aethomys namaquensis visitando a Whiteheadia bifolia, A. namaquensis se encuentra lamiendo el néctar con su lengua rosada y se puede observar polen alrededor de la nariz. Wester, P., et al. (2009).
Resulta muy difícil eliminar estigmas milenarios como el de que todos los ratones son “plagas” o “alimañas”, pero como pudimos ver, estas flores dependen de la existencia de los ratones. Si bien, puede parecer que estos diminutos animales son insignificantes, su valor dentro del ecosistema es muy grande, por lo que es necesario centrar esfuerzos para reemplazar estas ideas negativas y dar a conocer la gran labor de estos pequeños mamíferos.
Agradecimientos
Agradezco al laboratorio de mastozoología por haberme motivado a escribir mi primera nota.
Agradezco a Izzy y Alice por haber revisado el borrador de esta entrada.
¿Quieres saber más?
Biccard, A. & Midgley, J. J. (2009), «Rodent pollination in Protea nana«, South African Journal of Botany, 75 (4): 720-725.
Wester P., et al. (2009), «Mice pollinate the Pagoda Lily, Whiteheadia bifolia – First field observations with photographic documentation of rodent pollination in South Africa«, South African Journal of Botany, 75 (4): 713-719.
García García, M., et al. (2016), «La polinización en los sistemas de producción agrícola: revisión sistemática de la literatura«, IDESIA, 34 (3): 53-68.
