Cuando somos niños, las historias de terror siempre incluyen dos elementos: un monstruo y una cama. Generalmente el monstruo es grande, atemorizante y vive escondido durante el día, a salvo en la oscuridad que existe debajo de la cama. Luego, en la noche cuando los mayores se van a dormir, el monstruo se prepara para su ataque. Pero al crecer, algunos de nosotros conoceremos a un monstruo completamente distinto: pequeño, frágil y que también vive escondido durante el día, aunque por su tamaño vive escondido entre los pliegues del colchón: los laterales, los de abajo y los de arriba de la cama. También espera pacientemente a que caiga la noche para que ataque a sus víctimas. Estoy hablando de las chinches de cama.
Que el monstruo no te engañe: su nombre no lo define. Las chinches de cama pertenecen al grupo Hemiptera, que significa “media ala”, insectos caracterizados por presentar dos tipos de alas: un par completamentamente membranoso y otro, que puede ser coriáceo completamente (alas duras) o con una pequeña porción membranosa (Figura 1).
Figura 1. Chinche acuática de la familia Belostomatidae, mostrando el primer par de alas coriáceo y el segundo membranoso.
Dentro de Hemiptera se encuentran los Heteroptera, donde están las familias de chinches acuáticas, las que se alimentan de plantas y árboles y por supuesto, las chinches de cama. Las chinches de cama pertenecen a la familia Cimicidae, familia compuesta por aproximadamente 91 especies a nivel mundial. A pesar de que coloquialmente se les conoce como “de cama”, la realidad es que en la naturaleza algunas especies pueden ser encontradas también en asociación con aves o murciélagos. Por ejemplo, la especie Oeciacus hirundinis que generalmente se encuentra en nidos de las golondrinas.
Asociadas a las viviendas humanas se conocen tres especies: Cimex hemipterus, encontrada en casas en Europa y Estados Unidos, Leptocimex boueti, asociada a viviendas en África y Cimex lectularius, especie que ha sido encontrada en prácticamente todo el mundo. Esta última especie suele ser la causante de las infestaciones, aunque siempre es necesario la confirmación de la especie por alguien que sea especialista en el tema de la parasitología. Se caracterizan porque detrás de la cabeza hay una estructura (mesonoto) en forma de canoa, ver la Figura 2.
Figura 2. Morfología de la chinche de cama, señalando las características principales. Fotografía: Angel Herrera Mares
Tienen dimorfismo sexual y se pueden diferenciar ya que el abdomen de las hembras termina de forma redondeada, mientras que los machos terminan en punta (Figura 3). Tanto machos como hembras suelen picar para alimentarse de sangre.
Figura 3. Diferencias entre adultos de chinches de cama. Fotografía: Angel Herrera Mares.
A diferencia del monstruo de la infancia, las chinches no solo pueden vivir en la cama. Pueden vivir escondidas en los sillones o en las grietas de las paredes y generalmente saldrán al anochecer para alimentarse de sangre. Contrario al resto de las chinches, las chinches de cama tienen las alas reducidas a un par de almohadillas que llevan sobre la espalda (Figura 2). Es decir, no corren, no vuelan, ni tampoco saltan. Por eso es que gustan de lugares como las camas o los sillones donde generalmente les llega la comida a domicilio, sin necesidad de gastar energía caminando grandes distancias.
Entonces, ¿cómo es que llegan a nuevos sitios? Generalmente las chinches se suben a las mochilas y viajan a prácticamente cualquier lugar a donde un humano llegue. Las chinches tienen un ciclo de vida corto y una hembra puede poner varios huevos en cada puesta, lo cual es la ecuación perfecta para convertirlas en una plaga. Las chinches de cama, a diferencia de sus parientes, las chinches besuconas, no transmiten enfermedades. Hay experimentos a nivel de laboratorio que han demostrado su capacidad para transmitir algunos microorganismos como el agente causal de la enfermedad de Chagas, pero solo se ha demostrado de manera experimental. La probabilidad de que en la realidad una chinche pique a un ratón o a un tlacuache infectado y a un humano en una misma noche es nula. Así que no hay mucho que temer en ese sentido.
La realidad es que el piquete de las chinches es molesto y ya. El calentamiento global y el transporte masivo de personas ha facilitado la infestación a nuevos sitios. Para nada está relacionado con la falta de higiene, como se suele señalar. La infestación se puede dar en un hotel, en el transporte público o en cualquier lugar que esté infestado de chinches, pues las chinches sólo buscarán nuevos sitios para habitar sin importarles nada más.
Si tienes un contacto con chinches, llama a alguien que sepa de control de plagas. Y por supuesto, agarra a la chinche con una servilleta y si puedes, guárdala en alcohol para que la persona controladora de plagas tenga registro y pueda iniciar la fumigación. Muchas veces las chinches que ven las personas son todo, menos chinches y se piden fumigaciones innecesarias donde terminan muriendo muchos artrópodos inocentes que son importantes para nuestro entorno como las abejas, escarabajos y mariposas. Así que espero que al terminar de leer esta entrada, puedas distinguir lo que es y no es una chinche de cama para no caer en el pánico colectivo.
Agradecimientos
Agradezco a Rocío y Alfonso ST por sus comentarios y correcciones al borrador de esta entrada.
¿Quieres saber más?
Salazar, R., et al. (2015), «Bed bugs (Cimex lectularius) as vectors of Trypanosoma cruzi«, Am J Trop Med Hyg., 92 (2): 331-335.
Mullen, G. R. & Durden, L. A. (2009), «Medical and veterinary entomology«, Academic press.
